LA GACETA, 2 DE OCTUBRE DE 1850
Sevilla, 28 de Septiembre
Acabamos de saber que el famoso bandolero Ramón Rosillo, que durante muchos años fue el terror de la serranía de Ronda, acaba de morir en la misma, donde sin duda le arrastró la mano de la Providencia para que pagase sus delitos con la vida en el mismo país que había sido teatro de ellos. En efecto, noticioso el Teniente Comandante de la guardia civil D. José Piñal de que el citado Rosillo divagaba por las inmediaciones de Ubrique, provincia de Cádiz, se puso en marcha inmediatamente; y después de cuatro días con sus noches, sin más descanso que el preciso para la comida de los hombres y el pienso de los caballos, llegó a la citada villa de Ubrique, donde logró capturar a Rosillo para conducirle a Ronda. A media legua de este último punto intentó fugarse el preso; y viéndose el Oficial conductor obligado a hacerle fuego, Rosillo quedó muerto en el acto, y su cadáver fue conducido a Ronda en una caballería. En virtud de este servicio, el Teniente de la guardia civil Don José Piñal recibió las gracias de todas las Autoridades y del inspector de su arma. Reconocemos que las merece y celebramos esta ocasión de publicarlo. (Del Diario)
Sevilla, 28 de Septiembre
Acabamos de saber que el famoso bandolero Ramón Rosillo, que durante muchos años fue el terror de la serranía de Ronda, acaba de morir en la misma, donde sin duda le arrastró la mano de la Providencia para que pagase sus delitos con la vida en el mismo país que había sido teatro de ellos. En efecto, noticioso el Teniente Comandante de la guardia civil D. José Piñal de que el citado Rosillo divagaba por las inmediaciones de Ubrique, provincia de Cádiz, se puso en marcha inmediatamente; y después de cuatro días con sus noches, sin más descanso que el preciso para la comida de los hombres y el pienso de los caballos, llegó a la citada villa de Ubrique, donde logró capturar a Rosillo para conducirle a Ronda. A media legua de este último punto intentó fugarse el preso; y viéndose el Oficial conductor obligado a hacerle fuego, Rosillo quedó muerto en el acto, y su cadáver fue conducido a Ronda en una caballería. En virtud de este servicio, el Teniente de la guardia civil Don José Piñal recibió las gracias de todas las Autoridades y del inspector de su arma. Reconocemos que las merece y celebramos esta ocasión de publicarlo. (Del Diario)