“Aristócrata destrozado por un ascensor”, titulaba El Imparcial un suceso el 19 de Septiembre de 1924.
En el primer número del usurpado ABC –el más republicano de todos los periódicos republicanos–, y para instar al asesinato del comediógrafo Pedro Muñoz Seca, se decía lo siguiente:
“Por algo se comienza. La Gaceta de ayer publicó un decreto de Hacienda por el que se declara cesante a Pedro Muñoz Seca. ¿Cómo? ¿Que no caéis? ¡Sí, hombre! Se trata de aquel autor monárquico y gracioso, fabricante de La Eme –en recuerdo acaso de una tara hereditaria– que al advenimiento de la República, cuando el pueblo se contentó con poner al pie de su triunfo el estribillo de
Un, dos, tres,
muera Mola y muera Berenguer,
que por cierto no murieron (el subrayado es del original), puso sobre la puerta del ascensor de su casa –¡suya, compañeros!–, con el letrero de “No funciona”, este otro dirigido a sus pacientes inquilinos:
Un, dos, tres, cuatro;
tenéis ascensor pa rato.
”¡Le recordáis, claro! ¿Cómo no acordaros del Muñoz Seca de La Eme, el monárquico tolerado por el primer bienio republicano, el bienio bondadoso (¡...!), y ascendido por el segundo bienio, el negro, el hisopado de agua bendita de Roma y Montemayor? Pues por él, por Muñoz Seca ha comenzado la labor depuradora dentro de la burocracia. Poco es, pero algo es algo (...) ABC, convertido desde hoy en diario del pueblo, espera y confía recibir en su redacción mañana mismo otro número de La Gaceta extraordinario en páginas, con todas ellas llenas de funcionarios enemigos del Régimen.”
En el primer número del usurpado ABC –el más republicano de todos los periódicos republicanos–, y para instar al asesinato del comediógrafo Pedro Muñoz Seca, se decía lo siguiente:
“Por algo se comienza. La Gaceta de ayer publicó un decreto de Hacienda por el que se declara cesante a Pedro Muñoz Seca. ¿Cómo? ¿Que no caéis? ¡Sí, hombre! Se trata de aquel autor monárquico y gracioso, fabricante de La Eme –en recuerdo acaso de una tara hereditaria– que al advenimiento de la República, cuando el pueblo se contentó con poner al pie de su triunfo el estribillo de
Un, dos, tres,
muera Mola y muera Berenguer,
que por cierto no murieron (el subrayado es del original), puso sobre la puerta del ascensor de su casa –¡suya, compañeros!–, con el letrero de “No funciona”, este otro dirigido a sus pacientes inquilinos:
Un, dos, tres, cuatro;
tenéis ascensor pa rato.
”¡Le recordáis, claro! ¿Cómo no acordaros del Muñoz Seca de La Eme, el monárquico tolerado por el primer bienio republicano, el bienio bondadoso (¡...!), y ascendido por el segundo bienio, el negro, el hisopado de agua bendita de Roma y Montemayor? Pues por él, por Muñoz Seca ha comenzado la labor depuradora dentro de la burocracia. Poco es, pero algo es algo (...) ABC, convertido desde hoy en diario del pueblo, espera y confía recibir en su redacción mañana mismo otro número de La Gaceta extraordinario en páginas, con todas ellas llenas de funcionarios enemigos del Régimen.”