miércoles, 22 de julio de 2009

EL CRIMEN DEL DÍA...



...4 de Junio de 1921

Pistolerismo sindical y asesinato de policía y transeúnte en Barcelona






Barcelona, 25.- En la Sección primera de la Audiencia se ha celebrado la vista de la causa instruida por el Juzgado del distrito del Hospital con motivo del asesinato del agente de Vigilancia Sr. Alegría y del fallecimiento, por lesiones graves, de Pedro Garriga, hechos ocurridos el día 4 de junio del año 1921. Están procesados Joaquín B., “el Picón”, y José E., “El Espuñes”.

A la vista ha concurrido bastante público.

Comenzó el acto con la lectura por el secretario de las actuaciones realizadas y de las conclusiones provisionales del fiscal.

Según lo que consta en ellas, el día de autos marchaba por la calle del Carmen el abogado de los Sindicatos, Sr. Martí H., acompañado de los agentes Sres. Alegría y Martínez, encargados de su custodia, por estar aquél amenazado de muerte por los mismos elementos a quienes en anteriores ocasiones había defendido.

Al llegar los tres cerca de la calle de Cervelló, salió de un portal “el Picón”, y, al querer detenerle el Agente Sr. Alegría, fue esta autoridad acribillada a tiros por la espalda por “el Espuñes” y por Pedro B., que no ha podido ser detenido.

Cayó a tierra mortalmente herido el agente, y entonces “el Picón” le hizo varios disparos más.

A consecuencia de las heridas, el Sr. Alegría falleció al poco rato, como también Pedro Garriga, que pasaba por la calle del Carmen cuando ocurrió el suceso y fue alcanzado por los proyectiles.

El fiscal califica los hechos como constitutivos de un delito de asesinato en la persona del agente, y de otro, por homicidio, en la persona del dependiente Pedro Garriga, y pide se imponga a los procesados la pena de cadena perpetua.

Terminada la lectura del escrito del fiscal, se toman declaraciones a los procesados.

Habla primero Joaquín B., y dice que el día 4 de junio de 1921 no salió de su casa hasta por la tarde, y que, por tanto, no pudo tomar parte en el crimen.

Agrega que se marchó a Madrid en busca de trabajo, y que al ser detenido en la Corte se confesó autor de la muerte del señor Alegría, coaccionado por la Policía y conociendo del crimen únicamente los detalles que publicaron los periódicos.

Añade que perteneció al Sindicato Único, pero ahora no, y asegura que no conocía al Sr. Martí H. ni al otro procesado.

Declara después José E. y afirma que el día de autos se encontraba en su casa enfermo, y que no se restableció hasta seis o siete días después, siendo detenido el 4 de agosto siguiente, cuando trabajaba en su oficio.

Ha pertenecido al Sindicato Único, pero asegura que tampoco conocía al Sr. Martí H. ni a su compañero de proceso. Le extraña verse envuelto en el asunto, porque no ha tenido en el mismo participación alguna.

Después de ambas declaraciones, compareció el agente D. Elías Martínez, que en unión de su compañero Alegrías iba custodiando a Martí H. el día del suceso. Relata el crimen en la forma ya expuesta más arriba, y agrega que al divisar el señor Martí H. a Joaquín B., dijo a los policías: “Ojo, que por ahí viene ‘el Picón’.”

El Sr. Alegría quiso entonces detenerle; pero antes de avanzar muchos pasos, de un portal inmediato salieron “el Espuñes” y otro sujeto y dispararon ambos sus pistolas contra aquél, que cayó al suelo mortalmente herido.

Como la defensa pretende advertir alguna contradicción en las manifestaciones del Sr. Martínez, éste exclama:

–No intente la defensa subterfugios conmigo, pues lo único que puedo decir es lo que vi, o sea que éste (Espuñes) fue el que disparó por la espalda contra mi compañero, y que después lo hizo este otro (Picón).

Comparece seguidamente el abogado don Pedro Martí Homs, que involuntariamente fue la causa del asesinato que ahora se está juzgando, y expone que el día de autos iba acompañado del agente asesinado y de otro, que le prestaban vigilancia por estar amenazado de muerte a consecuencia de no haberle querido abonar el Sindicato Único, de cuya entidad era abogado, una minuta por diferentes servicios.

Afirma que los procesados fueron los que dieron muerte al agente y a Garriga, y al tratar de extenderse en consideraciones sobre la organización de las bandas de pistoleros en Barcelona, el presidente le interrumpe y termina la declaración.

Seguidamente comparece el alumno del hospital de Santa Teresa D. Ramón Busquet, quien afirma que cuando llegó a aquella clínica el agente Sr. Alegría no se encontraba en plena lucidez de pensamiento, por lo cual, a su juicio, no tienen verdadera importancia las acusaciones del desventurado agente contra el procesado “el Picón”.

A continuación declaran Natalia Blanch y un hijo suyo. Aquélla era la patrona donde estaba hospedado el procesado Espuñes, y tanto ella como su hijo afirman de una manera concreta que el procesado cayó enfermo en el mes de mayo y no abandonó el lecho hasta el 10 ó el 12 de junio, no pudiendo, por lo tanto, haber tomado parte en el atentado.

Declara también la compañera de Pestaña, que conoce al procesado Espuñes por haber acompañado a aquél “leader” sindicalista diferentes veces, y confirma que por la fecha en que ocurrió el atentado se hallaba enfermo el encartado.

Por último, comparece María de Ríu, en cuya casa estuvo de huésped “el Picón”, y afirma que éste permaneció en cama el 4 de junio, día del atentado, hasta las dos de la tarde.

El fiscal, después de un extenso informe, solicita para los procesados la pena de cadena perpetua por el delito de asesinato, y catorce años, ocho meses y un día de prisión por el de homicidio, y una indemnización a la familia de las víctimas de 10.000 pesetas.

El defensor pide la absolución de sus patrocinados por haberse demostrado en la prueba testifical que son completamente inocentes.