El día que se casó
con Celedonio, Nemesia,
en el umbral de la iglesia
con un cuerno tropezó.
Al punto le levantó;
téntola Dios o el demonio
por dárselo a Celedonio,
y al soltarle de sus garras
dijo: -Te entrego esas arras
en señal de matrimonio.
J. M. Villergas