Por Jorge Laverón
Curro Díaz es un torero, ya veterano, con arte y personalidad. Lleva tiempo de matador de toros, pero se la visto poco. Nacido en Linares, tierra de toreros tan grandes como José Fuentes, Palomo Linares, Curro Vázquez, tiene cosas de los tres. Curro es un lidiador valiente y artista. Es el torero “tapado”, el torero oculto, a la vez que de culto.
Hasta ahora “sólo” le avalan tres plazas de primera: Barcelona, Madrid…y Sevilla. En la temporada del 2009 realizó, el 21 de junio, la mejor faena del año en la plaza de Las Ventas. Faena grandiosa, rotunda, que vieron unos pocos. El toro de Guadaira fue difícil. La faena tuvo técnica lidiadora para someter. Valor que asusta. Arte que emociona.
Curro Díaz lleva en sus venas, en el corazón, las esencias misteriosas del arte gitano. No lo es, como tampoco su tocayo, Romero, el “faraón” de Camas. Pero sabe el misterio. Seguramente José Manuel “Tinín”, el maestro madrileño, y Agustín Parra Parrita, otro genio, se lo han explicado.
Y el nuevo Curro de Linares, sincero, contesta: “No soy torero de Madrid, ni de Sevilla”. Razón tiene. Curro Díaz es torero de si mismo. Torero de toreros. Torero universal.