Morata de Tajuña
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Con dinero se puede hacer de Getafe una nación y de Diego Urdiales un torero de culto, así que la antitaurina Celia, concejala del ramo cultural madrileño, ha dejado sin limosna a la escuela de tauromaquia que Tierno platonizó en la capital de España.
–Ensayad con toros de plástico.
Celia viene de la Complutense, la de los muertos sueltos, donde Pablemos es doctor y enseña la teoría de la relatividad de Newton. Decimos Pablemos porque, en los sistemas de listas de partido, el “elegido” sólo representa a su jefe. Celia, a Pablemos, quien, como buen comunista, está más por los “derechos de los animales” (Errejón quiere una beca para investigar también sus “deberes”) que de las personas.
Menos toros y coches (fascismo crispado) y más ratas y bicis (comunismo amable), es la consigna en Madrid. De Taurópolis a Ratópolis (“Nuestras hermanas las ratas”, de Dansel, es el libro de cabecera de Celia), y en Serrano, donde las ratitas son más presumidas, Celia ha pintado los contenedores con un sarampión de colorines de Ágatha inspirado en las pompitas de Gustavo Torner (¡frente a los bálanos embravecidos de Bonifacio!) para las vidrieras de la catedral de Cuenca.
–Roer es quizás el ritmo de alimentación normal para nuestra especie –dijo Marilyn Ferguson.
Roe que te roe, Tierno (“Los toros, acontecimiento nacional”) vio en la tauromaquia el símbolo español de la unidad (“como el Parlamento para Inglaterra”), de la hombría y de la igualdad (“todos los hombres son iguales salvo en un caso: el de la actitud personal en el juego con la muerte”). Pero ¿quién es Tierno al lado de Celia, en posesión del título de Experta en Políticas de Igualdad?
–Ensayad con toros de plástico.
Si nos vamos a pasar al plástico, ¿por qué no ensayar el Presupuesto con contribuyentes de plástico? Y luego que el “Koala” Sánchez de Hacienda ensaye a almorzar con cocidos de plástico (¡los derechos del jalufo!), como el marisco (¡los derechos de la gamba!) del Sobrino Mayor.
