Cartel de la Velá
El Pocito
Francisco Javier Gómez Izquierdo
El 8 de septiembre es día de vírgenes locales en España. La de la Fuensanta es muy venerada en Córdoba, una ciudad muy preocupada por la Salud, que festeja a San Rafael -el sanador- en octubre, sin someterse a la disciplina del santoral que señala el día 29 de septiembre como día de los Custodios y que a mí no se me olvida porque en la San Miguel de Burgos (la cervecera) nos daban una paga y nos asaban unos corderos con su café, copa y puro correspondientes.
Córdoba celebra su feria de mayo en honor de la Virgen de la Salud y hoy día 8 de septiembre se acerca al barrio de la Fuensanta con la devoción debida a una Virgen que sanó a la mujer y la hija de un lanero de San Lorenzo. Tradiciones, ritos y devociones ancestrales: Guadalupe en Extremadura, Covadonga en Asturias, Los Llanos en Albacete, de la Concha en Zamora, de los Remedios, del Socorro.... Vírgenes que en la segunda semana de septiembre llevan de romería a los fieles de todos los pueblos de España desde hace siglos. Cientos de años antes de que a los ayuntamientos llegaran esos concejales ateos dispuestos a enterrar a Dios porque así lo mandan ellos.
En Córdoba está de alcaldesa una señora que va por el Partido Socialista. Para ser alcaldesa, la señora Isabel Ambrosio tuvo que juntar sus concejales con los de IU y con los Ganemos de Podemos para sumar quince. Cuatro más que los once peperos. El jefe de los comunistas de Córdoba, Pedro Rodríguez, puso sus condiciones -Urbanismo sin ir mas lejos- y ahí está la alcaldesa Ambrosio sometida a los disparatados designios de este Pedro y sus cuatro concejales del que ya hemos dado cuenta varias veces en Salmonetes...
Pedro Rodríguez y sus colegas de Ganemos no quiere saber nada de vírgenes y como los de su facción llevan años abonando con sus estalinistas principios el barrio de la Fuensanta se ha emperrado en que el día 8 de septiembre es el día del caimán y la campanita. (En Hacinas, Burgos, celebrábamos Santa Lucía con una cangrejada y comprando un chiflo). En el barrio del Santuario radican importantes asociaciones en las que impera la opinión progresista por la que, por ejemplo, para ser cristiano es obligatorio ser de izquierdas y conforme a la teoría de la pregonera de la Velá de la Fuensanta de este año es imposible ser cristiana y de derechas. La pregonera, luchadora vecinal como no podía ser de otra manera, comulga con el pensamiento del concejal-alcalde y considera que la procesión de la Virgen no es prioritaria y que el acto tiene la misma categoría que la lúdica regata que se celebra en el Guadalquivir en homenaje al auténtico protagonista de la Velá: el caimán.
Tanto gótico y barroco para que al final la cultura municipal cordobesa, -se han retirado crucifijos y cuadros sacros de los despachos del Ayuntamiento con la llegada de estos concejalillos- se reduzca a la milagrosa aparición de un cocodrilillo en la plaza del Pocito que “..a todas luces es propiedad municipal”. Es decir, de Pedro Rodríguez y sus amigos. El caimán y el Pocito. El Pocito donde dice la tradición que San Acisclo y Santa Victoria -auténticos patronos de Córdoba- acompañados de la Virgen se aparecieron a Gonzalo, un lanero desesperado por las enfermedades de su mujer e hija y le enseñaron el manantial del agua sanadora en una ciudad arrasada por pestes y calamidades.