miércoles, 23 de septiembre de 2015

La boina



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

En el “As”, que ofrece la mejor literatura política del mercado, dicen que España es una piel (piel de buey, dijo Estrabón, que lo de toro lo inventamos luego nosotros) cosida por la Liga de fútbol, o sea la Liga de Tebas.
¡España cosida por la Liga de Tebas!

Más que el “As”, parece que uno leyera “El Federalista”, diario de los padres fundadores de América, formados en la cultura grecolatina, cosa que no se puede decir de todos nuestros académicos.

Que el fútbol constituya la atadura de la nación más vieja de Europa forma parte del “pastel constitucionario” (poder constituido que se arroga poder constituyente) de la partidocracia: íbamos a independizarnos, pero, si vais a echar por eso al Barça de la Liga, nos quedamos.

Fútbol y boina.

Con el fútbol atamos lo catalán (Cataluña no tiene otra industria), y lo vasco, con la boina.

Oh, la boina. “Sombrero sin alas ni viseras, propia de un pueblo que no tiene que ocultar nada a la luz del sol”, dijo Pemán, que de niño viajó en el tren con el líder republicano Sol y Ortega, que era de Reus e iba a Granada a dar un mitin; poco antes de llegar, se quitó la corbata, se pasó a un coche de tercera y cambió su sombrero por una boina:

La boina es como un cráneo blando y de repuesto, que le viene muy bien a este pueblo celtíbero de cráneos resistentes.
Ayer corrió el rumor de que habían arrestado a Josu Ternera, la boina de España (cantada en su día por Umbral). Fue un “burdo rumor”, por decirlo a lo Krahe, o un caso de “humor negro”, por decirlo a lo Guille Zapata, teniendo en cuenta la ola de dolorismo (Siria, Tordesillas) que recorre España.

¿Quién es Ternera? Eguiguren, el mensajero de la paz de Zetapé, ve en él a un gran militar (!) obsesionado por los niños: por los suyos, claro, no por los de la Casa Cuartel de Zaragoza, cuyos ataúdes blancos no impidieron al caudillo de Miravalles representar en su tierra a la Comisión de Derechos Humanos.

Qué desmayo de España y lo español.