Vistas del Contenedor Cultural
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Es posible que ustedes aún recuerden aquella carrera de sacos de los ayuntamientos -Burgos, uno de ellos- por ser capital cultural en el 2016. La alcaldesa Rosa y el alcalde Andrés convencieron a los cordobeses de que su ciudad era la más culta de España y la más merecedora del reconocimiento europeo, con lo que vivimos unos meses torpedeados con las prodigiosas ocurrencias de unos concejales de progreso dispuestos a “epatar” con cualquier disparate. Una de las más promiscuas en todo tipo de eventos culturales en aquellos días de 2010 y 2011 resultó ser la joven concejala Candelario, de la que no tengo idea en qué industria productiva se ocupó tras perder la paga por ser edil por la cuota feminsita.
La joven Candelario charló con un tal Solimán López al que catalogó como magnífico artista y le compró una idea genial. La idea, en realidad, no era de Solimán, sino de uno de Huesca que llamó contenedor cultural a un avión que aparcó en ARCO. La concejala Candelario no pareció tener muchas nociones de Aragón y sus gentes y hasta se sorprendió de que un tipo de Huesca denunciara por apropiación indebida de una idea solo posible en genios como su amigo Solimán.
El caso es que ante la persuasión cultural de la inimitable Candelario, al pleno no le quedó más remedio que sucumbir ante su “concejala” más progresista y preparada y se libraron alrededor de cien mil eurillos de nada para transportar un avión varado en el aeropuerto -Córdoba también tiene aeropuerto que se inunda cuando llueve- hasta la orilla del Guadalquivir para que cordobeses y visitantes lo miraran de modo inteligente.
A todos nos pareció un trasto horroroso y así lo pusimos en Salmonetes... en su día. Mucho más cuando la concejala deshojaba un prado de margaritas tras otro intentando decidirse un día por poetas malditos que la pobre no comprendía, otro por libros de geografía de Andalucía, otro por cuadros de pintores desconocidos... hasta que con el tiempo, y desesperada, estuvo tentada a ofrecer la dependencia a esos modernos taberneros del té que queman sándalo al anochecer. Nada. No se pudo meter nada en el contenedor cultural porque no había cosa que meter y porque el inservible avión no era mas que un simple y escandaloso montón de chatarra al que el capricho de una redicha le ha dado categoría de arte.
La facción de la joven Candelario ha vuelto a la alcaldía y como es gente de poca memoria no recuerda a quién se le ocurrió la mamarrachada del avión. El nuevo Ayuntamiento de socialistas, comunistas y ganemistas cree con muy buen criterio que el trasto sobra y que procede retirarlo de nuevo a la intemperie del aeropuerto. ¿Otros cien mil euros?
Como imagino el gasto escandaloso que se avecina a costa de los tontos que nos creemos en el deber de contribuir con nuestros impuestos... me permito proponer a la señora alcaldesa Ambrosio, socialista que se debe a las facciones que la han aupado, y al concejal comunista Rodríguez, el edil que más manda, hagan un llamamiento a las familias dacias que acampan por el arroyo Pedroche y el río Guadalquivir y les den un plazo de quince días para que hagan desaparecer artefacto tan molesto a la vista. Estoy convencido de que hasta les sobrarán días.
Agradecería, además, mucho mayor comedimiento en las iniciativas culturales del nuevo méster de progresía, por peligro de gangrena.