viernes, 25 de septiembre de 2015

La Ponferradina

     Francisco Javier Gómez Izquierdo

El Córdoba ganó 1-0 a la S D Ponferradina en una triste demostración de ese mediocre igualitarismo que ha puesto de moda el sistema educativo español. Los equipos de Segunda División han bajado tanto el nivel técnico en lo futbolístico que a lo que tendría que ser calificado por méritos con un cuatro, se le regala un seis para que el público no reclame daños y perjuicios. El Córdoba ha mejorado en colocación defensiva y sus futbolistas parecen más atentos que antier al bote del balón. Algo es algo. De controles, desplazamientos y demás supuestas capacidades esperamos pronta respuesta, pero como tampoco son conceptos obligatorios en el resto de equipos de la categoría, la emoción e incertidumbre de la hora y media basta para conformarnos.

       Como la Leonesa, a la que los nativos llaman Cultural, la Ponferradina también es de  género femenino y su grito de guerra en El Toralín -en los 70, cuando se las tenía con el Burgos Promesas el campo se llamaba Fuentesnuevas- es el de “Deportiva, Deportiva” teniendo ciertas reminiscencias folclóricas por aquello de ser capital de El Bierzo, una nación a poco que se empeñe cualquier Junqueras nativo, enemistado con León y su provincia
     
La Ponferradina saltó a El Arcángel como si nuestro campo fuera una Feria de Muestras en la que presentar novedades y en vez de Yuri, el primo de Charles, Pablo Infante, el inquieto interior de mi Burgos ó incluso el lateral Casado que fuera capitán del Castilla, el entrenador J. Enrique Díaz puso de titulares a  unos jóvenes que salieron de los filiales del Real Madrid en busca de fortuna. Supongo que la intención no es la promocionar promesas buscando ingresos y tantos por cientos.
    
 Como directores de orquesta aparecieron dos chicos totalmente desconocidos para un servidor, ambos excomponentes del R. Madrid C: Andy y Melero. El primero toca mucho la pelota en corto y sin profundidad, mientras al segundo, jovencísimo y de aire tímido, se le adivina un fútbol más hondo y si ajusta el disparo “desde lejos” puede que le salgan novias. Con el portero Santamaría tengo cierta prevención desde que se borró de Las Palmas por no sé qué depresiones. El lateral derecho Adán anda en los veinte y es uno de los que me sonó a presentación ante postores, mientras Camille, el zurdo, sigue corriendo con tan poco conocimiento como corría hace unos años con nosotros. Lolo Pavón, eterno central del Numancia, y Miquel, que no por ser del Arsenal es de mayor nobleza, me parecen centrales aseados, pero muy mejorables.  De Acorán, el que fuera mejor jugador del glorioso Mirandés, se le está viniendo la morriña  que ataca a los insulares canarios cuando llevan tiempo en la península y estuvo todo el partido ausente. Como un ucraniano de extraño nombre, Klomchenovsky o algo así, al que se le distinguía por esa rubiez noruega que hace al pelo casi blanco sin ser cano, y no por sus habilidades en la banda izquierda. Basha fue el año pasado un pilar del zaragozano y parece el más centrado de los mediocampistas. Berrocal, cordobés y modelo, salió de titular en vez de Yuri, y es lo que acabó de hacerme dudar del acierto del míster berciano en la alineación.