Francisco Javier Gómez Izquierdo
Sin el respeto que se debe a la solanera de agosto, los amos del fútbol han puesto a chospar los rebaños de sus millonarias majadas, en vez de dejarlos dos semanas más en reposo y gozando del tiempo verbenero tan tradicional en las Españas por la Virgen y San Roque.
Esperando la hora del "beile", como dice mi cuñado, por el móvil, en lo oscuro y bajo un ventilador de techo he visto ganar al Burgos a la Cultural y perder al Córdoba ante el Spórting.
En la Cultural Leonesa se retiró hace décadas Manzanedo, el mejor guardameta que ha dado Burgos, y la Cultural vuelve a Segunda presentando mucho veterano forjado en el fútbol ferruginoso de la 2aB, hoy 1a RFEF. Rafa Tresaco es uno de los legionarios. Nacido en Barbastro se le supone esforzado cumplimiento del deber. A mí me pareció lo mejor de los leoneses y me da que Raúl Llona, otro esforzado del fútbol modesto como jugador y entrenador va a fiar mucho a la inspiración del barbastrino por banda derecha. Otro oscense, Sule Diallo, éste joven y al parecer medio centro, destrozó el partido en el primer minuto con una pérdida y posterior penalti con obligatoria expulsión, que no tiene perdón ni en juveniles. Muy fácil para mi Burgos, que sólo tras el 3/0 perdió tensión, lo que propició un gol en propia meta desde la calidad centradora de Tresaco. Ramis puso a Appin, que servidor espera vuelva a ser el que fue antes de la gravísima lesión del cruzado contra el Almería el último octubre. El doble pivote Atienza - Appin augura firmeza defensiva de equipo serio. Seriedad que llevó a un 5/1 quizás un poco engañosa tras la torpeza de Diallo.
Ayer tarde el Córdoba jugó en Gijón como la temporada pasada, como gusta a los locutores. Dominio absoluto, posesión, paradas de Yáñez, portero rival, con regalo posterior cuya consecuencia es el 0/1. Voleón precioso de Isaac al poste con marchamo de 0/2, y como solíamos..., regalo defensivo absurdo producto de la obsesión de Iván Ania de hacer del portero Carlos Marín un Beckenbauer. Carlos Marín tampoco es como Busquets padre, pero al mister ovetense no hay quien le haga ver lo evidente. Nuevo regalo defensivo tras fuera de banda y ¡¡Pum!!, 2/1 sin que nadie moleste al pingüino Dubasin, pájaro al que no se puede perder de vista. Garitano, entrenador gijonés, tiene claro su prioridad:defender. Luego, entre Otero, morrosko colombiano, pesadísimo incordio de centrales, y Dubasin, suertudo buscador de goles, se repartirán los tantos que Gelabert y Gaspar -¿por qué no es titular Gaspar?-, proporcionen. El portero Yáñez tuvo a los postes de ángeles de la guarda y a la plasticidad de la volea de Isaac, se suma un lanzamiento de Guardiola, nueve que vuelve, y otro de Albarrán en el último minuto que hubiera dado al menos un punto ya que se hicieron méritos para los tres.
El árbitro, Moreno Aragón, es de la tierra de la "malafollá" y en Córdoba tenemos varios episodios desgraciados con este hombre con el que nunca hemos ganado. Ayer un disparo del lateral zurdo Villarrasa lo paró el brazo de un defensa gijonés. El trencilla pitó la mano que vió todo Cristo. Lo llama el VAR y no sé lo que interpreta -nueva extravagancia, supongo- que el señor Moreno Aragón se achanta y se desdice ¿Involuntariedad? ¿Brazo pegado? No. Verbeneo. Eso es este fútbol televisero: un verbeneo inquietante en el que no suena "esta rumba tan flamenca", sino un Vals para moscardones.



