domingo, 31 de agosto de 2025

ADSL


Pierre Teilhard de Chardin


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Don Álvaro Ortiz de Zárate, que ha vivido en Nueva York, vive ahora en Hoyo de Manzanares, Madrid, donde no hay señal de ADSL y tiene un hijo que necesita Internet. Me lo cuenta por carta para ver si uno pudiera hacer algo. Y remata su frustración con un “¡Qué vergüenza, a treinta kilómetros de Madrid!” que no le importa a nadie, porque la vergüenza es un valor descatalogado en España. Entre usted a cualquier oficina que sea objeto de su queja gritando “¡Qué vergüenza!” y por respuesta sólo recibirá, de todo el personal y a coro, un “¡No lo sabe usted bien!” El caso es que un caballero que tiene un hijo que necesita Internet y vive en Hoyo, donde no hay ADSL, del inglés “Asymetric Digital Subscriber Line”, es decir, Línea de Abonado Digital Asimétrica, para aquellos vecinos de la sierra que nunca hayan tenido noticias de la Red. Consuélese este caballero pensando que hay situaciones peores. Por ejemplo, tener un hijo con monopatín y vivir en Madrid, la meca del ladrillo, donde, curiosamente, no hay ni un baldosín “autorizado” para patinar, actividad tan fuera de la ley que más le valdría al chico dedicarse a la “kale borroka”: gozaría del creciente prestigio social que otorgan algunos círculos progresistas a la insurgencia de diseño y eludiría la pesadilla azul y municipal que consiste en poner a los chavales en el palo de la bandera de Colón a escuchar el “Cara el sol” mientras les despachan la multa de treinta euros... para el culto. ¿Que no hay ADSL en Hoyo, dice usted? El presidente Rodríguez prometió por su honor que, si ganaba las elecciones, pondría un ordenador delante de cada niño de España, pero se ve que en la promesa no estaban incluidas ni la acometida ni la bajante. Internet, y eso lo sabe hasta Rodríguez, es de derechas, aunque el pobre Al Gore salió una vez en TV jurando que Internet era un invento suyo. Quién sabe si un senderista krausista o el mismo lince que hace de vientre en la carretera 501 han pisado el cable de Internet en Hoyo. En fin, encomiéndese usted, señor Ortiz de Zárate, a nuestro buen padre Pierre Teilhard de Chardin, propagador de la “noosfera” y santo patrón de la Red. Pero de las autoridades no espere usted nada.