viernes, 22 de agosto de 2025

Roma ya no está en Roma


Cobo


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Español y cardenal, Cobo, que no es Quinto Sertorio, el general de la cierva blanca cuya “republiqueta española” en Huesca (“Roma ya no está en Roma”) diera algún mal rato al Imperio, equipara las procesiones católicas con la fiesta del cordero musulmana (“no son una amenaza a nada”), revelando un sentido de la estética a la altura de su fe, que no es el de aquellas procesiones del Corpus (¡el carro y el Santísimo!) en la Nueva España estudiadas por Octavio Paz en su “Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe”, que deben de ser trampas al solitario, como la que relataba Gustavo Bueno pelando avellanas como una ardilla:


La enemistad de la Iglesia contra Copérnico y Galileo no fue por el geocentrismo, sino por el atomismo, que sí planteaba dificultades para explicar el dogma de la transustanciación. La Iglesia desvió la atención con la astronomía porque temía mucho más el atomismo y la negación de la Eucaristía, del Corpus Christi, que es la esencia del catolicismo, y que aquí, por cierto, se negó como si tal cosa. Un día el ministro Ordóñez dejó de considerar el Corpus Christi como fiesta obligatoria. Esto es la revolución, pensé, y no se dieron ni cuenta.


Procesión católica, fiesta del cordero y libertad religiosa viene a ser la trampa 22 popularizada por Joseph Heller en su novela “Trampa 22” (un escuadrón de pilotos americanos en Italia durante la segunda guerra mundial; para abandonar el servicio, se requiere estar loco, pero quien quiera abandonar el servicio no está realmente loco):


Orr estaba loco y podían retirarlo del servicio; sólo debía solicitarlo. Y en cuanto lo hiciera, ya no estaría loco y tendría que cumplir más misiones. Orr estaba loco si cumplía más misiones y cuerdo si no las cumplía, pero si estaba cuerdo tenía que realizarlas. Si las realizaba estaba loco y no tendría que hacerlo; pero si no quería estaba cuerdo y tenía que hacerlo.


Día de la Asunción en España y todas las miradas puestas en Alaska (“Roma ya no está en Roma”), donde Rusia y América deciden la suerte de Europa, como profetizó Tocqueville, que no era Cobo, aunque estudió “a fondo” el Corán (“por nuestra posición ante las poblaciones musulmanas de Argelia”): “Es difícil conseguir un compromiso más hábil entre el espiritualismo y el materialismo, entre el ángel y la bestia”.


¿Qué es Alaska? ¿Una trampa para los rusos o un teatro para los americanos? Según Emmanuel Todd (“La derrota de Occidente”), Rusia se ha convertido en una impresionante prueba proyectiva: su imagen es similar a la del test psicológico de Rorschach, donde el sujeto le dice al psiquiatra lo que ve en formas aleatorias o simétricas, proyectando rasgos profundos y ocultos de su personalidad. Rusia es nuestro test de Rorschach, y Alaska, el fin del Régimen de la Verdad Búmer (Erriguel/Parvini), en el que los “wokes” (ahí entra Cobo) son sus últimos creyentes (el wokismo como fase terminal del liberalismo).


[Viernes, 15 de Agosto]