lunes, 25 de agosto de 2025

Canción del Año Pasado




Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Mundial aparte, la “Xabineta” de Alonso echó a rodar en Austria, la patria de Thomas Bernhard, contra el Tirol, sonido del que uno tuvo su primera noticia por “El Tigre de Guadarrama” de las Vainica Doble: “Luego, de bruces, / fui a dar en el arroyo / “ploc, ploc, ploc”, / alegres montañeros federados / entonaban los aires del Tirol: / “iulereiriu...”, un grito como el de Xabi Alonso a Vinicius en un momento del partido para que el brasileño corriera a presionar a un innominado lateral derecho, cosa muy celebrada por el comentarista Milla, que se tiró dos horas cantando la canción del “Año Pasado”, nueva canción del verano. “Ésta ya es una diferencia con el año pasado”, repetía en la TV el mediocentro de Teruel, que habla como jugaba, en adormidera. Es el fútbol moderno, que entusiasma sobre todo a los que no han hecho la mili, y del que sólo se quejan versos sueltos como Raúl de Tomás, que se queja de que se premie más una carrera (¡aquellas carreras demagógicas del tardo-raulismo!) que un regate, con lo cual todos los futbolistas van por el campo como pollos sin cabeza, y que eso a él lo ha matado mentalmente.


Comparar el Madrid de Alonso con el Madrid de Ancelotti carece de sentido: el único partido que Alonso ha jugado con el Madrid de Ancelotti fue contra el PSG, y acabó como hubiera acabado con Ancelotti. El resto de partidos los ha jugado con el Madrid de Ancelotti más una pila de millones en Huijsen, Carreras, Alexander-Arnold… y Mastantuono, más Konaté a la expectativa, plantilla que da para cosas más bonitas que fiarlo todo a la presión de Vinicius a su lateral, que antes íbamos al campo a ver cómo lo regateaba y ahora vamos a ir a ver cómo le presiona. Uno ha visto a Yan Couto, perla brasileña del Gerona, teñido de morado, llorando como magdalena por el destrozo que a base de regates le hizo Vinicius en el Bernabéu, y me cuesta hacerme a la idea de ver a Maffeo llorando como magdalena porque a base de presión Vinicius le impide subir la banda del Bernabéu, que es el fútbol que ahora defienden los mugrillas. La verdad es que grandes entrenadores tienen esas bartoladas: en Burgos, José María Negrillo, discípulo de Merkel, ponía a Juan Gómez a tapar las subidas del lateral, pero Juanito era un genio y hacía lo que le daba la gana, gracias a lo cual salvó su carrera. Otro discípulo de Merkel, Luis Aragonés, hizo de Gabi Moya su jugador fetiche porque, como extremo, presionaba incluso al juez de línea. Fútbol moderno en el campo y fútbol moderno en los despachos, con el envite Louzán/Tebas (separación de poderes a la española) para colocar su Liga a los gringos incautos, y el reclamo que se les ha ocurrido es un Villarreal-Barcelona en Miami, con reparto de dineros para los agraciados, algo que suena a “Miami Vice”, la serie “New Wave” (¡fútbol moderno!) de los 80, la década prodigiosa de los búmer, con Don Johnson (Sony) y Philip Michael Thomas (Rico), papeles entonces rechazados por Nick Nolte y Jeff Bridges, que ahora se nos representan en los caretos de Tebas y Louzán, guardianes de la integridad, con Uribes, el degustador del rabo de toro de Casa Salvador, del fútbol español, que sólo se rige por un principio: el interés nacional. En aras del interés nacional, y mientras le arreglan el Camp Nou ¿por qué el Barcelona de Laporta no juega toda la Liga en Miami? Y con árbitros españoles, que se vean (al Mundial no fue ninguno) y empiecen a quitárnoslos de las manos.


Cobramos salarios indecentes para lo que hacemos, y no nos queremos ir –es la explicación javipoviana (de Javi Poves) del entrenador del Rayo–. No me gusta poner un partido de Liga en Miami, pero si tú quieres seguir chupando del bote, pues hay que aceptarlo.


En éstas llegó Franco Mastantuono y mandó a parar. Con tanta enhorabuena de los periodistas a Franco, parecía una rueda de Prensa en El Pardo, acentuado por el tradicional tuteo falangista de nuestro periodismo a cualquier personaje. Decimotercer jugador de River en el Madrid (el primero fue Di Stéfano), dorsal elegido el número 30 (Jesús empezó su misión a los 30 años), zurdo y el detallazo del mentón partido. Hay crack.


[Sábado, 16 de Agosto]