jueves, 21 de agosto de 2025

Ad portas

Claude Lévi-Strauss


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


La Democracia es que llamen a la puerta a las seis de la mañana y sea el lechero. Si, en vez del lechero, es Simancas, entonces no es la Democracia; entonces es la Demagogia. Y en ésas estamos. “Simancas ad portas!” Al lado de Simancas, Aníbal era un pobre cobrador de la luz. ¿No era Lévi-Strauss el que decía sentirse como una puerta por la que entraban los mitos de las culturas extrañas? Simancas es la puerta por la que te entran en casa cincuenta y tantos diputados regionales con hambre de no se sabe cuántas legislaturas durante las cuales no han hecho otra cosa que pensar en el banquete de la victoria. Mas para que esa victoria llegue hay que ir puerta a puerta a vender el peine. “¡Que no vendas tú, ‘manque pases jambre’ / tu ‘mantón bordao’!”, dice la seguidilla. La seguidilla de Simancas debe de seguir siendo Matilde Fernández, aunque la campaña parece ser cosa exclusivamente de Simancas, que ahora ha decidido introducir en su discurso chistes sobre los sabotajes de progreso en la Línea 6 del Metro. ¿Quién puede ser su “gagman” de campaña? Porque la campaña de Simancas, como la de todos los demagogos de la historia, está montada para satisfacer los caprichos de ese personaje político, generalmente tonto y ciego, que atiende por el cliente. El cliente quiere únicamente dos cosas: dinero de bolsillo y un sofá donde arrellanarse para ver la TV. Esas dos cosas, sueldo y sofá, ya se las tiene prometidas Simancas a cuenta del prójimo contribuyente, que también tendrá que hacerse cargo de la bici obrera de Franco y del tranvía picaresco de Berlanga que nos va a regalar Sebastián. Los chistes y las metáforas de Simancas, de momento, son gratis. ¿Recuerdan ustedes la metáfora de la violación que se le ocurrió a nuestro pequeño hombre de progreso cuando el tamayazo? Una pequeña mujer de no menos progreso, Sandra Harding, había despachado los “Principios de la Mecánica” de Newton como un “simple manual de violación”. ¿Por qué había de sorprendernos que Iñaqui Chaos, un hombre de paz –y de progreso, claro– perfectamente leído e informado, haya hecho suya en el “Times” la metáfora de Harding y Simancas?