jueves, 2 de mayo de 2019

Combinar en semifinales


Danny van der Beek, un llegador con sangre


Francisco Javier Gómez Izquierdo
    
        Sospecho, es posible que sin fundamento, que ante la ausencia de Juventus, Bayern y R. Madrid en semifinales de la Champions, el índice de audiencias por televisión no haya sido el calculado por los comerciantes de la UEFA, pero a los que de verdad nos gusta el fútbol esta edición en general nos está pareciendo extraordinaria y los dos primeros partidos de semifinales un inspirado capítulo sobre lo excepcional del fútbol.

      “ ¡Qué mala suerte la del Liverpool!” dicen esta mañana los parroquianos de mi barrio en lo de Antonio. Rafael, un señor muy mayor que siempre lleva chaqueta, bracea pausado para explicar cómo “...los ingleses combinaban mejor que el Barcelona”. Combinar. ¡Qué bonita palabra de fútbol setentero!. Sí, al Barça, patrón de la combinación le quitó el balón el Liverpool y si no llega a ser por Ter Stegen y por entre otras cosas, no graduar Mané o Salah el punto de mira como merecía la ocasión, el resultado se hubiera ajustado mejor a lo que se vio en el Nou Camp.
     
El Liverpool no es equipo valiente por insensatez. Lo es porque con Salah, Mané y el ayer menguado Firmino se supone mayor productividad jugar al ataque que a defender y el señor Klopp, que sabe del asunto, así lo entiende. Los medios reds asfixiaron a los culés, y junto a los de atrás, que salvo algún barullo de Matip y Gómez, parecieron adueñarse del partido con mayor determinación incluso después de ese gol de Suárez, aparente prodigio matemático salido de la nerviosa magín de Jordi Alba. No, mírenlo bien. No es inspiración. Es un ajuste de movimientos simultáneos muy entrenado que lleva el balón a morder la portería rival.  El planteamiento del míster alemán estuvo correcto, el desarrollo del partido aventuraba alguna satisfacción, pero ¡ay! el desenlace casi siempre deja de ser incierto cuando aparece Messi. El argentino marcó otros dos golazos y el favoritismo culé se acrecienta con la ausencia de los tres clubes nombrados al comienzo y aunque el recuerdo de la Roma inquieta a la culerada el pase a la final parece bien encaminado.
      
El otro finalista casi seguro que sea el Ajax. Todos queremos que sea así. La ida en Londres contra el Tottenham no tuvo la vistosidad a la que nos había malacostumbrado, pero los holandeses nos demostraron que también pueden ser prácticos cuando conviene. El juego ajacied sorprende por su frescura y desvergüenza, manifiesta todo el periodismo nacional y europeo, pero también entrenan con aplicación y trabajan movimientos para desmarques milimétricos. ¿No habían visto ustedes ante los Spurs el mismo gol que encajó la Juventus y colado por el mismo corajudo autor, Van de Beek, que apuró en ambos casos muy parecido desmarque? La inclinación que todos tenemos hacia el Ajax no nos debe nublar la evidencia de las ausencias del lesionado Kane y el sancionado Son que ha supuesto una tremenda desventaja para un equipo que pone toda su confianza, como lo hace el Liverpool, en sus dos pesadillas de arriba. Pochettino, entrenador que goza de mucha consideración entre la crítica en general, está obligado a arriesgar en Amsterdam, puede que ya con Kane y Son, por lo que el partido puede convertirse en un guirigay divertidísimo y esperemos que tan emocionante como el de Manchester... pero yo creo que el Ajax, como dice el tatarabuelo Rafael, combina mejor.