El cartel
Cruz taurina en la plaza de Manolete
Acabados en la Cruz de las Tendillas
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Mayo, Córdoba. El carácter “festero” -lúdico se decía antes- del cordobés calienta el morro a partir de la última semana de abril con la Cata del Montilla-Moriles y ya no hay quien lo pare hasta que acabe mayo. Ya saben, Cruces, Patios y el remate final de la Feria en un continuo homenaje al vino del país y a las combinaciones nocturnas de licores escoceses y caribeños casi siempre en garrafón. Ésta mañana se colocaban los últimos claveles en las Cruces, convertidas salvo honrosas excepciones en botellones consentidos, y en mi paseo he visto el polémico cartel de fiestas del mayo del 2017.
No ha de valer mi criterio, pero no me negarán que el cartel parece un encargo de la facción podemita que gobierna en el Ayuntamiento y con el que la alcaldesa Ambrosio ha consentido por verse cierto parecido con la moza retratada. Las cordobesas son guapas por naturaleza, les gusta presumir y por eso se arreglan como diosas de Primavera. Se visten de gitanas en la Feria y pasean por el Arenal orgullosas y reventonas de belleza. El ¿artista? pretende reflejar “gente” normal -yo creo que ganar los euros del concurso- y ha escogido de modelo una chica que más parece una desempleada triste de Huesca o Zamora que recomienda terapias de Autoayuda que el anuncio de la Feria de la Salud de Córdoba. Además y conforme al sentir cordobita femenino, que no feminista, la están grandes los vaqueros.
Pero en fin, allá los concejales...