martes, 4 de abril de 2017

La cháchara

Sieyes

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

España es atroz por su picaresca: la de Zapatero, negándose a llamar “preso político” a López, que lleva encerrado en Venezuela por oposición lo mismo que Granados en España por corrupción. Granados es como el Rudolf Hess del Consenso’78, nuestro prisionero de Spandau, y eso que está sin juzgar y el Supremo aún no le aplicó el delito de odio… a la pobreza.
En el golpe venezolano se han retratado todos. Rajoy, con la división (para él, sinónimo de separación) de poderes, que no sabe lo que es, sino una cháchara que siempre queda bien, y es que, fuera de los Estados Unidos, Montesquieu es un problema: o no se lo conoce; o se lo conoce, pero no se le entiende; o se le entiende y entonces no interesa, como ocurre hoy en los propios Estados Unidos, donde el Partido Demócrata y sus Manolos del Bombo, extasiados con el totalitarismo europeo, andan buscando al barón para colgarlo (“Tant que ça ira, ça ira, ça ira / les aristos / on les pendra”).
En Venezuela la oposición pide al ejército un golpe de estado contra la sentencia del Tribunal Supremo por desacato. Otra vez a las andadas –tuitea el pícaro Monedero, otro “insurrepto” (como de sí mismo dice Pablemos) que se las echa de “sans-culotte”.
Rajoy es el sistema, y Monedero es un gorrón del sistema; la parte más corrupta, tratándose de profesores con nómina del Estado, donde no estudian los ricos, y enseñar a un pobre que la ley de la relatividad es de Newton supone condenarlo a fregar váteres con título universitario.

¿Qué es el Tercer Estado? Todo.

He ahí la primera línea de Sieyes. Ni siquiera ésa leyó Monedero, con lo que carece del ridículo que le impediría hacer tuits sobre el desacato (?) de un poder legislativo a un tribunal del poder ejecutivo.

En las partidocracias, la cháchara de los poderes es como la de lorito, lorito real, dame una patita y te daré un real. Todos la bisbisean como las beatas la bienaventuranza de los pobres que heredarán la tierra sin impuesto de sucesiones.