martes, 5 de julio de 2016

Lombroso

George Manolescu


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Tras la matanza de Orlando, obra de un homosexual yihadista, Obama habló de “extremismo autóctono” (en América, los sioux), y Getafe ha elaborado el perfil municipal de la homofobia: “varón, blanco, delgado y católico”.

Getafe, ay, es el centro geográfico de España, que es como serlo de la Tierra. En su Cerro de los Ángeles, precisamente por su “centralidad”, como diría Rivera, aterrizó el Dios de Jardiel para su “tournée” de 1932, y cuatro años después los milicianos, duchos en “Los errores científicos de la Biblia”, fusilaron al Corazón de Jesús que corona el alto.

La ciencia, pues, no tiene secretos para la autoridad getafense, representada durante décadas por Pedro Castro (“hay que ser tonto de los c… para votar al Pepé”), que vendría a ser el Pedro Rana del entremés cervantino.

De c…, desde luego, es la fascistada de Perfil del Homófobo (PH), sólo atenuada por lo que tiene de chuscada lombrosiana.
Lombroso fue un orate veronés que te sacaba lo criminal tactándote el entrecejo.
Para un concejal de Getafe, si eres tío, blanco, delgado y de la religión mayoritaria (¡en España, hoy, la socialdemocracia!), eres homófobo por tu PH. Para Lombroso, si tenías una protuberancia en el cráneo, eras un asesino.

La protuberancia del crimen está en usted muy desarrollada –dijo Lombroso a un tertuliano que se empeñó en que le explorara el cráneo.

A mí no me llama usted criminal –contestó el aludido, corriendo tras del criminólogo para apuñalarlo.

George Manolescu, “joven y elegante rumano que con sus estafas cortó la respiración de Europa”, escribió sus memorias en dos tomos que inspiraron a Thomas Mann sus “Confesiones del aventurero Félix Krull” sobre la cultura del engaño en la República de Weimar. Manolescu legó coquetamente su cráneo a Lombroso, que lo rechazó con una postal: “Quédese con su cráneo”.
A la vuelta del veraneo, si la dieta del “meyba” da resultado, podremos legar nuestro cráneo a Getafe para una capilla de Évora municipal en el Cerro.