Daniel Raisbeck
Los medios colombianos han repetido ad nauseam cinco lugares comunes sin fundamentos acerca de la independencia del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Es necesario refutarlos.
1. El Brexit es el triunfo de la xenofobia.
Falso: La mayor parte de quienes votaron a favor del Brexit decidieron abandonar la UE por la cuestión de la soberanía, no por la fobia hacia los inmigrantes.
La UE había socavado la independencia legal de Gran Bretaña y minado la autoridad del Parlamento al transferir sus poderes tradicionales a un organismo foráneo y anti-democrático: la Comisión Europea, la rama ejecutiva de la UE que es controlada por burócratas no electos.
Por lo tanto, el Brexit fue una defensa de la democracia parlamentaria británica y de la constitución, incluyendo la Magna Carta de 1215 y la Carta de derechos de 1689, que establece la supremacía del Parlamento sobre la monarquía. Triunfó el principio de que los ciudadanos pueden deshacerse en las urnas de un gobierno electo que no los satisface. Ese no es el caso en la UE.
2. El Brexit fue diseñado para perjudicar a los jóvenes.
Falso: Aunque el 75% de las personas entre 18 y 24 años quisieron permanecer en la UE, solo el 36% de los votantes registrados de esas edades depositaron su voto el 23 de junio. La participación en el referendo fue considerablemente más alta entre personas mayores. La gran mayoría de los votantes más jóvenes -y ahí puede haber un número significante de euroescépticos-, decidió no votar.
3. Reino Unido decidió cerrarse al mundo.
Falso: La UE es una agrupación arancelaria que, como escribe el europarlamentario británico Daniel Hannan, erige barreras comerciales comunes hacia el exterior, y solo puede lograr acuerdos bilaterales con la aprobación de todos sus miembros. Francia sola puede obstaculizar un tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos, por ejemplo, para proteger a sus cineastas de la “amenaza” de Hollywood.
Por fuera de la UE, Gran Bretaña es libre para comerciar con el mundo entero y firmar TLC’s con cualquier país, sin estar obligada a lidiar con las innecesarias trabas burocráticas que impone Bruselas. Si Reino Unido llega a un acuerdo con la UE similar al que tiene Noruega, mantendrá el libre comercio con Europa.
4. Reino Unido se fragmentará porque Escocia quiso permanecer en la UE.
No necesariamente: Los nacionalistas escoceses más vociferantes exigen un segundo referendo independentista. Pero, pese al Brexit, ¿querrá una mayoría en ese país abandonar la libra esterlina para adoptar el desastroso euro? ¿Querrán los escoceses renunciar a la Fórmula de Barnett, según la cual el gobierno británico le entrega cerca del 19% más anualmente a un ciudadano escocés que a un inglés? Hay buenas razones para dudarlo.
5. Hoy, la integración económica solo es posible por medio de grandes bloques como la UE.
Falso: Los ejemplos de Suiza, Nueva Zelanda y Hong Kong (un territorio autónomo en términos económicos) demuestran que las políticas que permiten la libertad económica facilitan el comercio con el mundo. George Osborne, el Canciller de Hacienda británico, ha acertado al anunciar que reducirá los impuestos corporativos del 20% al 15%.
Gracias al referendo, Gran Bretaña se convertirá en la economía más competitiva del planeta.