martes, 29 de septiembre de 2020

Adriana


Adriana 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

La lucha de clases, que vuelve a España, para escándalo de los académicos orgánicos, tiene nombre de mujer: Adriana, la Rosa Luxemburgo de Ribadesella.

Según las memorias de Adriana, con Susana Griso por Yourcenar, el Código Penal de Belloch tiene doscientos años, y hay que adaptarlo a la nueva lucha de clases.

La “lucha de clases” aparece, de la mano de Madison, en “El Federalista”, pero España es un país de demócratas de toda la vida donde no hay un solo lector de la biblia de la democracia política, y a los españoles les pasa con la lucha de clases lo que a las viejas de Jardiel con el viudo Leopoldo Rodrigo, que no sabían si llamarle Leo o llamarle Poldo, pues de todas maneras él era el mismo para ellas, y si escribían Poldo, leían Leo, y si escribían Leo, leían Poldo, Leopoldo, es decir, que la lucha de clases, de la que Adriana tuvo conciencia a los dieciséis años, es Marx, quien la refiere a tres ideas diferentes (y sin interés): una explicación retrospectiva de la historia, un proceso de descomposición del capitalismo y un principio táctico para la toma del poder.

Si tenemos en cuenta que Adriana vino al mundo en el 79, un par de meses antes del congreso de González para el abandono del marxismo (comedia mediática para renunciar, precisamente, a la lucha de clases, cuando al “Isidoro” del franquismo le dio por decir que prefería morir de una puñalada en el metro de Nueva York que de viejo, al sol, en un banco de una plaza de Moscú), hallamos que Adriana recibió la lengua de fuego de su conciencia de clase en el 95, con Cascos, el Álvar Fáñez de Aznarín, “ad portas”. Porque ¿qué es la conciencia de clase de Marx, sino la conciencia de la necesidad de una revolución completa, la conciencia comunista, salida de la contemplación de una clase desgraciada por culpa del dinero, como la de Adriana?

Abajo, pues, ese Código de doscientos años. Veinte más de los que Joe Biden, elegido en el 72, dice llevar de senador. La izquierda y sus números.