José Ramón Márquez
¿Pero qué es esto de la lista negra de la Asociación El Toro, que parece la lista ésa de Hollywood de cuando Mc Carthy? Y sobre todo, ¿qué es eso de la Asociación el Toro? Vamos, como si me junto yo con unos amiguetes, monto la Asociación Machaquito Bidestilado y me dedico a mandar listas, y entonces van los periódicos serios y me las publican, que es alucinante que le den esa bola a una cosa de amiguetes que no tendría por qué salir en la prensa, porque digo yo que quiénes son esos para hacer listas, igual que otros dirían que quién soy yo para hacer listitas cuello blanco o cuello negro, si me diese por ahí.
Bueno, pues me pongo a cavilar que cómo es que este año tiene tanta repercusión la famosa lista, y sólo encuentro una: porque en ella han metido a Victorino.
Yo estoy el primero de la fila por poner a Victorino en la picota, por liante y por tratante, por la basura que echó el año pasado en Madrid y por la tarde que nos dio en Sevilla, pero me da a mi que esto de echar al rústico tratante a los pies de los caballos con luz y taquígrafos, bajo el amparo de cabeceras periodísticas, es algo que, sin que a lo mejor se den cuenta los asociados con derecho a voto, le viene de perlas a los que andan a favor del torillo domesticado, bondadoso e idílico. Veamos: Miura, afeitador, Victorino lista negra... ¡Hmmm! Es que les faltó el tiempo para titular en la prensa de toda la vida y en la digital: ‘Victorino en la lista negra de Las Ventas’ ¡Toma ya! ¡Como si eso fuese algo!
Cuando muchos de los asociados con derecho a voto y de los periodistas con derecho a tecla aún andaban en pañales, ya estaba el paleto echando unas corridas pavorosas sobre las que se construyó una leyenda. Si ahora por la edad, por malas influencias o porque le sale el pelo de la dehesa, el viejo no está pasando su mejor momento ganadero, no creo sinceramemte que sea un acto de responsabilidad entre aficionados ayudar a darle más palos que los que le damos en conversaciones privadas o los que su propio ganado le está dando. La dichosa lista, opinión respetabilísima de unos cuantos que se representan a si mismos y que no son mejores ni peores aficionados que otros miles que no nos asociamos a nada porque no nos da la gana, es una metedura de pata de la Asociación El Toro y que resulta que les va de perlas precisamente a los que se dedican a denostar de ellos y les tildan de talibanes y terroristas nada más que alzan su voz en la plaza contra toros o toreros. Compañeros de viaje, se decía hace treinta años.