José M. Guardia
Barcepundit
¿Os acordáis de la Patriot Act, aquella ley que aniquilaba las libertades civiles y que por tanto demostraba el fascismo de Bush? Sí, hombre: aquella ley que provocó un récord Guinness de apelaciones a la frase de Franklin, que no era de Franklin pero daba igual, etc. Aquella ley que todo buen demócrata tenía que denunciar día sí y día también porque, entre otras cosas, era la razón última que explicaba el odio hacia los Estados Unidos y que hacía lógico que algún grupo de fanáticos reventara edificios, trenes y mercados.
Pues acaba de ser renovada por la Cámara de Representantes de EEUU, de mayoría demócrata, tras haber haber hecho lo propio el Senado, también de mayoría demócrata, a principios de semana. Todo ello en un país presidido por otro demócrata, Barack Obama.
Ahora ni mú.