José Ramón Márquez
Plaza de toros de Valdemorillo. Sábado, 6 de febrero. Muchos aficionados de Madrid se han acercado al pueblo serrano a ver a los Peñajara y a Leandro (antiguamente Marcos). En la pequeña fila que se ha formado ante la taquilla, hay un personaje totalmente inesperado ante una taquilla; se trata de José Pedro Gómez Ballesteros, el popular gerente de la plaza de Las Ventas.
Plaza de toros de Valdemorillo. Sábado, 6 de febrero. Muchos aficionados de Madrid se han acercado al pueblo serrano a ver a los Peñajara y a Leandro (antiguamente Marcos). En la pequeña fila que se ha formado ante la taquilla, hay un personaje totalmente inesperado ante una taquilla; se trata de José Pedro Gómez Ballesteros, el popular gerente de la plaza de Las Ventas.
El aficionado A. está situado detrás de él. Le comenta a M.R., que le acompaña:
-¡No me lo puedo creer! ¡Lo nunca visto! ¡Ballesteros haciendo cola para comprar una entrada!
Ya le toca el turno a Ballesteros. Entonces se aproxima a la taquilla y le dice con seguridad a la persona que hay dentro:
-Oye, mira, que estas entradas que me habéis dado, a ver si me las puedes cambiar por otras del callejón...
El callejón es el hábitat natural de Ballesteros, como el hielo para los osos polares.
-¡No me lo puedo creer! ¡Lo nunca visto! ¡Ballesteros haciendo cola para comprar una entrada!
Ya le toca el turno a Ballesteros. Entonces se aproxima a la taquilla y le dice con seguridad a la persona que hay dentro:
-Oye, mira, que estas entradas que me habéis dado, a ver si me las puedes cambiar por otras del callejón...
El callejón es el hábitat natural de Ballesteros, como el hielo para los osos polares.