F. J. Gómez Izquierdo
Quiere Córdoba ser capital de la cultura -con título oficial- para el 2016.
Como todos ustedes saben, hubo un tiempo -hará unos mil años- que lo fue sin necesidad de diploma de las Administraciones, pero como quiera que en el siglo que corremos no es tan importante el mérito como la imagen que uno dé, anda el Consistorio, y los cordobeses todos, intentando ganarse a un jurado que debe acampar por la UNESCO.
Tienen observado y escrito los viajeros que llegaban a la eterna ciudad de los califas, que el cordobés es más cordobés que español o andaluz... y así, de Séneca nunca se oirá que fue de la Bética o de la Hispania; Séneca es cordobés y los cordobeses son Sénecas. Ahora que se ha enfriado esa manía monotemática de la próxima visita de Obama -ése S. Pedro que tiene todas las llaves- a España, el Ayuntamiento ignora la evidencia y persiste en el convencimiento de que al señor Barack le interesa más "Courdoubaa" que España, y éstán los munícipes convencidos de la próxima llegada del Mesías negro. Ése que seguro firmará los papeles de la capitalidad cultural.
Cáceres, Málaga, S. Sebastián, incluso Burgos, mi país, rivalizan en maravillas con Córdoba, la sultana, pero está claro que no hay color. Esas ciudades nunca podrán aportar un poeta cordobés de Ciudad Real, ni celebrarán jamás un Congreso de tribus alternativas que invadan las calles con sus perros pulgosos, sus cartones de vino y sus pastoriles flautas. Sus alcaldes no contribuirán al enriquecimiento del idioma como doña Rosa ó don Andrés, su heredero, convencidos de que es igual decimosegundo que doceavo ó que "hay que premiar a los alumnos mejores y mejoras".
Ha sido muy comentado el viaje que el señor Zapatero hizo a EEUU para desayunar con el nuevo gurú del mundo, y hasta Su Majestad seguro que se tomó un café el otro día con esa especie de gran visir Ignozud. Los cordobeses saben que eso de "a tal señor, tal honor", Obama sólo lo puede encontrar en su ciudad, y sabiendo su afición a los desayunos le han montado una cafetería. Al Mansur Escudero invitó a unos musulmanes yanquis a rezar en la mezquita a la hora de misa y seguro que se estudia nombrarle embajador del cante flamenco. De momento ya hay particulares que adaptan su negocio para impresionar en inglés.