Con la candidata Álvarez de Toledo firmando ejemplares de la Constitución’78 (para ella, la obra más importante de España… ¡en 500 años!), también podía verme yo grabando a punta de obsidiana un corazón en la ceiba bajo la cual lloró Cortés, cuyas “Cartas de Relación” desde México-Tenochtitlán no me parecen inferiores a la Constitución de Abril Martorell y Alfonso Guerra en “Casa Manolo”. Pero preferí ver otra cosa: si los candidatos a diputados se ponen a firmar Constituciones, ¿por qué no se iban a poner los candidatos a novelistas a firmar Quijotes? E imaginé a Almudena Grandes dedicando ejemplares del Quijote en el “Cervantes” de su esposo, el Poeta de la Experiencia señor Montero.
Abril, 2019