Alfonso Pedraza, 21 años
Cordobés en el Lugo
Juan Campaña. 23 años
Sevillano en el Levante
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Si la primera vuelta de la liga la consideramos un almuerzo para príncipes y contratamos a cocineros responsables y sabios que sean generosos en verduras, carnes y pescados para saciar a los llamados a la mesa, la segunda vuelta será siempre una cena ligera e inteligente en la que disfrutar con cuatro tapitas digestivas -estamos dispuestos a admitir los engaños de acelga y berenjena que inventan las bandas de exquisitos que nos invaden- a las que añadir dos o tres gintonics en animada conversación. El puro, del que ya, ¡ay!, nos hemos “quitao” sería el remate a un día -una temporada- feliz. El puro sería el ascenso, pero mire usted, en Córdoba, donde el amo del equipo nos invitó a que compráramos con nuestro peculio Montecristos -“somos el Madrid de Segunda”- desde julio pasado no ha pisado el mercado, aunque nos pareció verlo un lunes pidiendo sardinas en un supermercado.
Un servidor es un simple aficionado que ve el fútbol a su manera. Un aficionado que se retiró de estudiar a los 18 años con el bachiller de la época (1975) en el currículo y que sigue amando el fútbol creo que sobre todas las cosas. Desde perspectiva tan subjetiva voy a intentar señalar a los futbolistas más interesantes, a mi parecer y con el debido respeto, de la primera vuelta en Segunda División.
El Levante está harto de “tó” porque entre otras cosas firmó a un centrocampista excepcional. Campaña, objeto de deseo de un servidor y del que me da la impresión que no hubiera sido difícil convencer, por ser sevillano. El Levante es más que Campaña, pero hay tipos con los que se prospera y salvo tsunami en el Mediterráneo al Levante le va a bastar con un consomé y un huevo duro, sin mayonesa, para la cena. Al Gerona se la debe el fútbol y merece fumarse el puro de la apoteosis con el Levante, por la seriedad de Pablo Machín, su míster pelendón, y la de su centro del campo, con un Pere Pons que me tiene ganado, más Aday, Portu, Granell y Amagat, de una formalidad y discreción tan antiguas que impresiona. Sandaza, el delantero, pone goles, pero la clave está en el centro del campo.
Entre los pretendientes al ascenso veo al primero al Getafe, liberado de la incompresible carga de un entrenador de boquilla, y jugando ya como manda Bordolás, un técnico conocedor como ninguno de la categoría. Espero la explosión definitiva de Álvaro Jiménez, un chico que estudió con el mío, pero me quedo con la zurda de Pacheco. El Cádiz es equipo como su entrenador Álvaro. Escurridizo y hecho para el contraataque, pero con bastantes carencias en defensa. Lo mejor, Ortuño, su delantero, no muy hábil, pero listo, valiente y veloz como el reserva Aitor García, al que he visto ganar dos partidos él solito. El Oviedo tiene más historia que presente y menos calidad de la que presume. Michu, Toché y Susaeta no van a ser más de lo que fueron, pero es el trío que mantiene a los herederos de Galán, Uría y Marianín... en Segunda. El Tenerife es más de salvarse que de soñar utopías. Tiene entrenador sobrio y eficaz. Yo salvo a su mediapunta Cristo, un poquito tiquismiquis, todo sea dicho. Del Valladolid, fútbol y jugadores “reguleros”, no me disgustan Juan Jordán y José Arnáiz, a los que no es descabellado augurarles prosperidad en sus carreras. Del Lugo de Sampedro, el Sampaoli gallego, ya dijimos que muchos goles a favor y en contra. Alfonso Pedraza es uno de los mejores futbolistas de la categoría. Es cordobés y no me explico cómo nadie fue a pedirle la cesión al Villarreal. ¡Qué zurda tiene el nene! Joselu, el goleador de Sampedro lo tuvimos nosotros, pero no convencieron sus carreras y generosos esfuerzos. ¡Cosas del “fúrbo”!
Reus y Sevilla Atco. son una sorpresa en la clasificación. López Garay, alargada y veterana mano del entrenador con los catalanes, y el joven Bernardo Cruz, central y capitán por los andaluces, también fueron “echaos” del Córdoba porque no “habían empatao con naide”. El Huesca de Anquela, el Elche de Toril, el Alcorcón de Velázquez y el Numancia de Arrasate, parecen destinados a criar solera en el fútbol de plata y por ellos pasan las jornadas sin sobresaltos y sin llamar demasiado la atención.
¿Y qué decir del legendario Zaragoza? Pues que tiene tan mala pinta como el Córdoba. La directiva no debió echar a Milla y menos contratar a Agné. Creo que a Lanzarote le está aplastando las toneladas de responsabilidad con las que le han cargado y que los laterales están en tiempo de defender y no en atacar con tan desastrosos resultados.
Mallorca y Rayo tienen plantillas -y no veo necesaria recordarlas aquí por conocidas- más que sobradas para disputar el ascenso, pero no se acomodan. Al Mallorca lo ha cogido el defensa Amer, un hombre de la casa, para intentar enderezar un rumbo que llevaba a una catástrofe ruinosa. El Rayo no puede bajar. Es imposible que Trashorras, Ebert, Javi Guerra o los eléctricos Embarba y Lass desciendan a 2ªB. ¿Imposible? Eso se decía del Valencia y el Atlético de Madrid en Primera.
En cuanto al Córdoba, no es competitivo, y si bajamos -Dios no lo quiera- es porque el amo del equipo no quiere invertir parte de lo que el negocio le va rentando. Les aseguro que el Córdoba ha dado mucho dinero a Carlos González, pero, ¡qué le vamos a hacer!, al hombre le gusta más el dinero que el fútbol, cosa que no tiene por qué sorprendernos, la verdad.
Los de abajo intentan poner remedio, como mi Mirandés, que ha reparado el error de echar a Terrazas despidiendo a Claudio, y manteniendo a de los Mozos, el escudero del gran Carlos que ha de fiar la construcción del fútbol a un arquitecto menor como Javi Hervás. El Almería y el Nástic, el último con la recuperación este invierno de esa yunta rompedora que conforman los hermanos Emaná guiada por Juan Merino, un bético que conoció a Achille en el Villamarín, tienen mucho que decir aún. Incluso la UCAM, modesto club considerado víctima propicia y cuya figura es su lateral Tekio está dispuesta a amargar las tardes a aquellos que presumen de ser el Madrid o el Barça de 2ª. Al Zaragoza -¿el Atleti de 2ª?- le hizo morder el polvo el sábado. El domingo a las cuatro viene a El Arcángel. Una derrota nos empezaría a dejar constancia de nuestra indigencia.