EL MULÁ CRUYFF
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Don Santiago Bernabéu no lo quiso fichar “porque no me gusta su jeta”. Y Cruyff se convirtió en el mulá holandés de la santa cofradía culé. España envió a Holanda a Espinosa a pulir lentes y Holanda envió a España a Cruyff a pulir pesetas. Aquí, como futbolista, hizo famoso a un tal Villar, de quien recibió una “bofetá” en San Mamés como la de Malco a Jesús en la procesión sevillana. Y como entrenador lanzó a la posteridad a un tal Lucendo, inventó el tronco-delantero con Talín Alexanco y ganó cuatro Ligas consecutivas (las tres últimas en el instante postrero y por la cara). Al Bernabéu, más que futbolistas, traía “mossos” de escuadra, del miedo que tenía. Y ahora se ha subido al púlpito para lanzar su fatwa contra Mourinho, al que los culés temen más que a un nublado. “Mou es Leónidas contra la posmodernidad persa”, dice Jorge Bustos. Como Cruyff no es persona de lecturas, diremos que Mou es la mosca en la sopa culé. Por eso tiene en contra a todo el régimen político-futbolero (que en España, hoy, es el mismo), y eso incluye a los poetas del parnasillo de Valdano, como los venerables Segurola y Relaño, que tantos dengues hicieron cuando la trifulca de Mourinho con el pobre Preciado. Como Mourinho no es pobre, los disparates antimourinhistas de Cruyff son recibidos como sabios proverbios...
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