Ignacio Ruiz Quintano
A Ottmar Hitzfeld le han bastado Casillas y una navaja suiza para perpetrar un rojicidio con España en África, aunque Del Bosque sigue despachando bombillas económicas del ministro Sebastián. Lo de España, más que cosa de tiqui-taca, como dice el Sabio de Hortaleza, parecía cosa de cosiness, en el sentido chestertoniano del término, es decir, amor por lo reducido, ese sentimiento de felicidad doméstica "que depende de una incomodidad circundante". España, para ser feliz, necesita que la dejen en paz. Si la molestas, cae en desdicha. Lo que Mou le hizo a Guardiola, se lo ha hecho Hitzfeld a Del Bosque. ¡Menudo jefe de la Roja! Había más bizarría en Gene Wilder tratando de echarle la pata encima a Kelly LeBrock. Que también atendía por la Roja.
A Ottmar Hitzfeld le han bastado Casillas y una navaja suiza para perpetrar un rojicidio con España en África, aunque Del Bosque sigue despachando bombillas económicas del ministro Sebastián. Lo de España, más que cosa de tiqui-taca, como dice el Sabio de Hortaleza, parecía cosa de cosiness, en el sentido chestertoniano del término, es decir, amor por lo reducido, ese sentimiento de felicidad doméstica "que depende de una incomodidad circundante". España, para ser feliz, necesita que la dejen en paz. Si la molestas, cae en desdicha. Lo que Mou le hizo a Guardiola, se lo ha hecho Hitzfeld a Del Bosque. ¡Menudo jefe de la Roja! Había más bizarría en Gene Wilder tratando de echarle la pata encima a Kelly LeBrock. Que también atendía por la Roja.