LA HOGUERA MILITAR
Se pone uno colorao con el catetismo del periodismo español al juzgar la destitución en la hoguera de San Juan del general McChrystal por Obama. "El presidente refrenda la incuestionable primacía civil", dicen los editorialistas cañís, como si todavía estuvieran, canapé en mano, discutiendo de Tejero en Embassy con Sisita Miláns del Bosch. ¿Primacía civil? Sólo protocolaria, y eso es lo malo. Intelectual y moralmente, la primacía, hoy, es militar. En América, claro. En España, de jefe de la cosa militar tenemos a un caballero que declaró en la prensa no saber si lo de Afganistán es una guerra, y sigue en su puesto. A Afganistán llega Petraeus. ¿De qué podría hablar este hombre no ya con el huero, chirle y hebén Obama, sino con Zapatero o su Monja Alférez, la sin par María del Carmen Chacón Piqueras?
Ignacio Ruiz Quintano
Se pone uno colorao con el catetismo del periodismo español al juzgar la destitución en la hoguera de San Juan del general McChrystal por Obama. "El presidente refrenda la incuestionable primacía civil", dicen los editorialistas cañís, como si todavía estuvieran, canapé en mano, discutiendo de Tejero en Embassy con Sisita Miláns del Bosch. ¿Primacía civil? Sólo protocolaria, y eso es lo malo. Intelectual y moralmente, la primacía, hoy, es militar. En América, claro. En España, de jefe de la cosa militar tenemos a un caballero que declaró en la prensa no saber si lo de Afganistán es una guerra, y sigue en su puesto. A Afganistán llega Petraeus. ¿De qué podría hablar este hombre no ya con el huero, chirle y hebén Obama, sino con Zapatero o su Monja Alférez, la sin par María del Carmen Chacón Piqueras?
Ignacio Ruiz Quintano