Ignacio Ruiz Quintano
Que a estas alturas de la historia un árbitro mundialista no sepa qué es un gol (el de Inglaterra a Alemania) ni qué un fuera de juego (el del primer gol de Argentina a México) es para obligarlos a arbitrar, en vez de con pito, con vuvuzela. Y que haya países viejos que todavía se la jueguen con porteros vestidos de amarillo (James en Inglaterra y el Conejo Pérez en México) es una falta de respeto a los gafes que los gafes se encargan de castigar.
Que a estas alturas de la historia un árbitro mundialista no sepa qué es un gol (el de Inglaterra a Alemania) ni qué un fuera de juego (el del primer gol de Argentina a México) es para obligarlos a arbitrar, en vez de con pito, con vuvuzela. Y que haya países viejos que todavía se la jueguen con porteros vestidos de amarillo (James en Inglaterra y el Conejo Pérez en México) es una falta de respeto a los gafes que los gafes se encargan de castigar.