martes, 9 de febrero de 2010

TARDE DE COSAS, VÍSPERA DE PALOS

Curro Díaz cogido en su primero


José Ramón Márquez


I

Siempre igual. Es que siempre lo mismo. Te vas a los toros a echar la tarde tan ricamente esperando nada más que el placer de la compañía, sale uno que te encanta, y es que es matemático, al día siguiente sale uno en un periódico haciéndose el listo para tirar por tierra todo lo que tú has visto.

Llevo años, lustros, así. Tarde con cosas o con cositas, víspera de palo al canto. Especialmente si el que las hace no es de los del carril.
Y es que ya mosquea que luego los mismos que aplican embudos milimétricos a unos, para otros abran hueco con la tuneladora. Vamos, para entendernos, que te quieran meter un día sí y otro también a la birria de El Juli -‘importante Juli’-, igual que antes se clavaban para venderte el tedio de Espartaco o de... yo qué sé... de Pedrito de Portugal, cuando le tocó al pobre.

II

Ayer me mandaron un recorte de uno que, aparte de unos tacos que suelta el tío, se despacha a Curro Díaz con palabras como tragalón y aflamencado y luego define su toreo con neologismos algo graciosos como ‘verónicas embrocadas’ y dice que lleva ‘el estaquillador cogido casi por el cáncamo’. Se ve a todas luces que a ése no le agrada Curro Díaz. Éste es el mismo que alababa no hace tanto a El Juli cuando empezó una faena en Francia con un ‘codilleo torero’ y que remarcaba la ‘expresión julista’ y ensalzaba el ‘sabor añejo en contraste con la faena de muleta, muy abusona de los redondos completos...’, aunque matizando: ‘pulso sí que hubo’. ¿Habrá dicho en serio algo de todo eso?


Y paseando una oreja en su segundo