domingo, 7 de febrero de 2010

EL EMPRESARIO TAURINO (Y EL OTRO)


José Ramón Márquez

En el Diccionario Cómico Taurino de Paco Media Luna, Madrid 1884, que ya hemos traído alguna vez a colación aquí, se contiene esta definición:

EMPRESARIO.- El que toma en arriendo un circo taurino para dar corridas por su cuenta. Hay empresarios generosos que se arruinan; empresarios primos, de los que hacen los toreros lo que quieren, y empresarios que hacen del público lo que les da la gana. El primer deber de todo empresario que lo entienda es ponerse a bien con la autoridad primera de la provincia. Las reglas principales del oficio puestas en refranes, según una memoria escrita por un interesado, son las siguientes:

1º El público es tonto: lo mismo toma bueno que malo; se le debe dar esto último que sale más barato.
2º Si quieres ser empresario, convida al veterinario.
3º No repares en los años y tendrás toros baratos.
4º Pon muy caros los billetes y tendrás un lleno siempre.
5º Es una barbaridad reñir con la autoridad.
7º (falta el 6º) Las corridas de camama, dan gente si no dan fama.

Con el paso de los tiempos, y por las cosas de la selección natural, creo que han desaparecido los tipos primero y segundo de empresario, especialmente el primero, y parece que tan sólo pervive con brío el tercero. En cuanto a la sumisión no tanto a la autoridad como específicamente a quien la detenta, es algo tan intrínsecamente enraizado en el ser español que no creo que sea un rasgo específicamente distintivo del empresario taurino y que vale para cualquier ámbito de la vida hispánica, de antes y de ahora.

Por lo tocante a cómo nuestros modernos empresarios taurinos aplican las normas de su oficio, propongo el inocente juego de tomar los carteles de Valencia, de Sevilla y de San Sebastián, que son los que hasta el momento están anunciados, y comprobar fehacientemente hasta qué punto los principios del gran Paco Media Luna son de plena aplicación a los mismos. Por nuestra parte, los abonados de Madrid ya sabemos perfectamente, y antes de que se publiquen, que los carteles de San Isidro serán un monumento al refrán primero, y que los de la Feria del Aniversario lo serán del séptimo.