martes, 5 de abril de 2011

Burgos, 1975

Diego Porcelos

Francisco Javier Gómez Izquierdo


Veo que el editor vuelve a la casa del padre con la frecuencia que uno quisiera para sí. Enseña el monasterio de San Juan donde Pik y Melqui se colaban en las ferias VIP del vino de Ribera con un carné de mucha presencia que dibujó mi hermano. La Biblioteca frente a San Lesmes en la que un bedel analfabeto vigilaba el silencio. Joaquín, el gran Pik, se las tenía tiesas con aquél pobre hombre, y sus disputas dieron mucho prestigio a nuestro amigo ante “las ninfas”, y es que en aquel tiempo nos creíamos muy modernos leyendo a Umbral. Al final, ya maestro, creo que se hicieron amigos.


Rafa Viteri
El Más Grande

¿Y el Diego Porcelos, instituto en el que vivimos la muerte de Franco? De allí, si no hombres brillantes, sí salieron valientes que se echaron al mundo a buscar la mantenencia con sus manos. De nuestra generación hay profesores de latín y griego como Marco Antonio, que gastaba chaqueta blanca de cantante y venía de los curas de Sevilla... ó Jesús D. H., que apuntaba los goles que colábamos a Ciencias en el recreo. Octavio Granados es de los más ilustres, y hoy manda en la Seguridad Social de toda España. Por entonces, entraba en clase y le decía a Doña Alí: “..hay huelga. Nos vamos del aula”. Como era hijo de un librero, y en el 75 un tío que tenía librería era algo así como Aristóteles por lo menos, todos le hacíamos caso, y en el fondo nos alegrábamos de sus dotes intimidatorias. Recordará D. Ignacio a Jorgito, hermano de poeta y creo que profesor por Alicante, del que tengo noticias de que gana muchas perras escribiendo guiones. Joaquín P. P. es un químico de mucho predicamento en el gremio alimentario. Era el de mejores notas. De allí salió también Arsenio Escolar, que vivía en el Colegio Menor y presumía de ser de Torresandino. Nuestro amigo Gaitu, un municipal muy querido en Burgos... Alberto A. A., fumador y de Melgar, que sabía mucho inglés en un tiempo en el que se estudiaba francés. Salió de profesor del idioma. Y otro que dió en maestro fue Mauro B. C., hijo de peluquero mudo. Solía sacar dos o tres suspensos, pero luego se aplicó y sacó oposición en Jaén. Lo vi en el Benito Villamarín en un Betis-Burgos de hace años. Usted mismo, tiene cierto nombre en la capital... y muchos más de los que ahora mismo no me acuerdo.

Otros, no fuimos a por título y empezamos a ganarnos la vida en las fábricas. Dimos vueltas y aquí estamos, añorando la adolescencia: Gamonal, La Mejillonera, Las Llanas... y a Viteri, Juanito y Juanjo...

En aquellos años no queríamos al Madrid. Ni al Barça. Éramos del Burgos... y yo creo que también éramos buena gente. Nuestros padres quisieron que aprendiéramos. Y también Vígara, el Güenos, Simonó, la Cortón... incluso Marquina ... aquél Christopher Lee del Frente de Juventudes, que tenía debilidad por los de Valdorros...

Perdóneseme la añoranza de la patria, cuando empieza “la caló” en Córdoba.

San Lesmes