martes, 5 de abril de 2011

Sobre la Feria del Notable y otras guasas

Los Siete Magníficos protagonizarán una
hecatombe juanpedrera en San Isidro

José Ramón Márquez

Bueno, pues ya han sido aprobados los carteles por la superioridad, es decir por la insigne Comunidad de Madrid, o Centro de Asuntos Taurinos, o Abella, a quien sus íntimos conocen por Abeya; bueno, para entendernos, por la Diputación Provincial, que me gusta más, y oye, es que no hay ni una sorpresa sobre lo que los medios nos habían anticipado, que ahí se ve lo que es el periodismo bueno de investigación, que lo mismo te destapan el Faisán que los carteles de Las Ventas.

Antes, los de Mundotoro, o los de Moncholy, que tengo un lío de narices con quién es quién, y que me da lo mismo, hicieron una encuesta sobre los carteles de Madrid entre los que quisiesen responder a su pregunta y salió por mayoría que los carteles de Madrid merecían un notable, a la vista de los votos emitidos. Bueno, pues al Moncholy de verdad, o al otro, se le olvida explicarnos cuántos de los que votaron a favor de ese notable eran abonados de Las Ventas, o sea, cuántos son los que votaron que qué bien a eso, sabiendo que van a tener que ir a esas corridas o, lo que es aún muchísimo más difícil, buscarse a alguien a quien regalarle los boletos de la feria del notable.

En resumidas cuentas, los Choperón dicen que ésta es la mejor feria que han parido, y los Moncholys del Burladero y del Mundotoro, independientes y didácticos donde los haya, dicen que sus lectores dicen que ésta es la feria del notable. ¡Qué acuerdo, Dios mío! Y ante eso, chitón, que personalidades tan principales no pueden confundirse y la voz de uno, que sólo tiene los pobres leuros que lleva a la taquilla, no debe ser jamás tenida en cuenta. Lo mismo que ese lema que tiene puesto Pepe Cerdá, que dice: ‘Pintor: pinta y calla’, pues aquí igual: ‘Aficionado: paga y calla’.

Y luego, para más rechifla, los del trust del dar por saco se lo han montado de perlas con la feria del notable. Veamos. A la Casa de las Siete Chimeneas, o a la antigua sede del Circo Price, donde mora Angelines la Ministra cinera, fueron a verla -o a visionarla, como dicen los del cine- Ponce, Miguel Ángel Perera, El Cid, Cayetano, Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y July, y no acudieron por causas diversas José María Manzanares y José Tomás. Bueno, pues de todos esos culturetas, que la mitad no saben hacer la O con un canuto y ni siquiera han leído a Rilke, que echaba el rato en Ronda, donde los toreros machos; en conjunto, y quitando a Ponce y a Tomás, que no se anuncian en Madrid por causas diversas, se van a cepillar en Las Ventas juampedros como si los hubiesen comprado de saldo en un chino; números cantan, que entre todos ellos se llevan por delante treinta y cuatro toros de Domecq y cuatro Atasardos del Puerto, se dice pronto. Treinta y ocho mierdas como un piano prestas a que los desahogados que han tenido la poca hombría y la nula torería de anunciarse con ellas, nos muestren las posturas chulescas de que son capaces ante unas pobres bestias que no tienen ni media leche. Confundidos sean. En el pecado llevan la penitencia. Notable también para ellos.