José Ramón Márquez
La clave de July, siempre importante, no estriba en los constantes robos de los que es objeto, al decir de su prensa adicta, el último de ellos al escamotearle la presidencia la segunda oreja de su segundo y de su tercero de un pavoroso encierro de terneros de Zalduendo ayer en Alicante. La clave de July es que esta cumbre de la tauromaquia del siglo XXI, cantada con tanto celo y unanimidad por casi toda la crítica, no sea capaz de arrastrar a la plaza de toros de Alicante, que con sus 15.235 asientos no es la México ni mucho menos, más de tres cuartos de entrada. Y eso que la corrida retrasó su inicio hasta las 8 de la tarde para que los aficionados al balompié no tuviesen excusa y pudiesen asistir también a la exhibición del julypié y seguir festejando la victoria de su equipo gritando ¡Heeeer-cu-les! en lugar de ¡Ole!
La clave de July, siempre importante, no estriba en los constantes robos de los que es objeto, al decir de su prensa adicta, el último de ellos al escamotearle la presidencia la segunda oreja de su segundo y de su tercero de un pavoroso encierro de terneros de Zalduendo ayer en Alicante. La clave de July es que esta cumbre de la tauromaquia del siglo XXI, cantada con tanto celo y unanimidad por casi toda la crítica, no sea capaz de arrastrar a la plaza de toros de Alicante, que con sus 15.235 asientos no es la México ni mucho menos, más de tres cuartos de entrada. Y eso que la corrida retrasó su inicio hasta las 8 de la tarde para que los aficionados al balompié no tuviesen excusa y pudiesen asistir también a la exhibición del julypié y seguir festejando la victoria de su equipo gritando ¡Heeeer-cu-les! en lugar de ¡Ole!