sábado, 13 de febrero de 2010

SÁBADO, 13 DE FEBRERO



Hay un momento en que quisiéramos también nosotros jugar un poco a todo eso: no tener prisa, ponerle unas gotas de naranja al whisky, comprarle el cuadro a un amigo, encuadernar libros que recibiremos cinco o seis mese más tarde, tener una casa cómoda con jardinero e invitar a una sobrina de cuando en cuando, porque si no se tiene una sobrina para presentar, el campo no tiene sentido.
CÉSAR GONZÁLEZ-RUANO

PERIODISMO

William Baker, experto en medios de comunicación (un experto es cualquiera que no sea de la ciudad), se ha ganado un titular en el periódico global en español sólo con decir:

-Se está sustituyendo a los periodistas por relaciones públicas.

O peor: por abogados.

En su libro América, Sociedad Anónima, Gabriel Halevi -pintor antes que fraile- cuenta cómo Ronald Reagan, tras nombrar a Edward Meese secretario de Justicia, lo primero que hizo fue contarle un chiste de abogados:

-¿Sabes por qué se ha decidido utilizar abogados en vez de ratones para la experimentación en laboratorio? Por tres motivos fundamentales: el primero, porque hay muchos abogados, casi tantos como ratones; el segundo, porque es imposible que ningún científico se pueda llegar a encariñar con ellos; y el tercero, y el más importante, porque había cosas que los ratones se negaban a hacer.

En España ha chocado mucho, no sé por qué, que el venerable director de RTVE, Oliart, nombrara a una sobrina para un cargo mientras hablaba del periodismo como de una rama del graduado escolar, y de los periódicos, como de un organillo con burro.

Ignacio Ruiz Quintano