Mientras Al Gore ataca a los negacionistas del cambio climático, que es la industria de la que vive desde que lo echaron de la Casa Blanca, Phil Jones admite ya algunas mentirijillas. En la duda, Gallardón se ha puesto a echar sal como un loco en Madrid, a la espera de la nevada de San Valentín. Los osos, por cierto, se disparan, animados por los cambios en Cajamadrid.
Ortega y Gasset / Príncipe de Vergara, Madrid, 14 de Febrero
