Incitatus
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Mientras el presidente prestigia el Senado (Sánchez debe de tener de sí mismo una imagen muy parecida a la que Calígula tenía de “Incitatus”), la ministra de Justicia y Notario Mayor del Reino se hace la “Marianne” de la Españeta republicanota en el Congreso.
–Lo de Villarejo es un chantaje al Estado a través de mi persona.
Esta señora fantasmagórica (según Garzón, ya “ha dado su vida por España”) no está en la política, sino en la teología, y su caso es el de los dos tenientes de Infantería que volvieron loco a Picouto, el director del periódico de provincias donde Fernández Flórez era becario. Todo iba bien hasta que un día Picouto escribió una noticia que comenzaba así: “Dos salvajes que se dedican a cazar gatos con anzuelo…”
–Es preciso rectificar ese suelto o le saldrá muy caro, porque no se puede injuriar al Ejército español –dijeron a Picouto dos jóvenes que eran militares y que se presentaron a él en la Redacción.
Picouto se negó y comenzaron sus sufrimientos, hasta que, vencido, redactó otro suelto: “No eran dos salvajes, eran dos tenientes de Infantería los que hace una semana…” Fernández Flórez recordó el episodio de Picouto al reanudar en el 31 sus “Acotaciones” de ABC y como aviso para los políticos de la situación, “tan terriblemente identificados con sus ideales, que muchas veces creen que el ideal es… ellos mismos, con su camisa de popelín, y que si los atropella un auto piensan que han atropellado a la República”.
La ministra es un verdadero Mortadelo del disfraz, y los Poetas de la Experiencia (ese Parnasillo de García Montero), que hacen poesía de Estado, un día cantan a la dama como Diana Cazadora en la sierra de Jaén, y al otro, como amazona a lo Cintrón toreando al alimón con el Mestre de Chiva, más variable de ideas que de poncinas
Pero “lo de Villarejo”, que dice la ministra, son sus sobremesas (“rianxeiras”) con Villarejo, funcionarios –fiscal y madero– del Estado. O sea, el Estado chantajeándose a sí mismo.