Howard Hawks
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Habla Peter Bogdanovich de “Tener y no tener” con su director, Howard Hawks, y le comenta, siguiendo el protocolo progre, que la película es “implícitamente antifascista” porque Bogart bla, bla, bla. Hawks, uno de los tres genios que dio el cine, corta el rollo:
–No sé qué quiere decir la palabra “antifascista”, o sea, que no puedo contestarle.
En España hay un gobierno que no ha votado nadie pero que se dice “antifascista”, y lo es en el sentido de que, a quien se queja de él, lo declara “fascista”, siguiendo un protocolo que tiene el “toque Redondo”, o “toque Lubitsch” de la politología andante.
El “toque Redondo” es el toque a rebato (“tocsin”) de Iván Redondo, el Moragas de Sánchez, quien lo ha nombrado ganso capitolino mayor para dar la alarma de la Seguridad Nacional con dos tipos de alertas, según explicó al Parlamento, la “alerta Bauman”, que avisa de amenazas líquidas, y la “alerta Wittgenstein”, que avisa de amenazas sólidas, y todos los escolares recordarán la anécdota del atizador con que Wittgenstein amenazó a Popper por una discusión filosófica en Cambridge la tarde del viernes 25 de octubre de 1946.
Redondo sabe de Wittgenstein lo mismo que Sánchez de economía, pero tira de él para que la famélica legión “atice” a Casado, que viene de Palencia (nació el día de mi santo) y, para parecer de capital, sólo habla de Popper.
El “toque Redondo” se basa en la imagen, y por eso uno vio cierto “toque Redondo” en la patanería de Sánchez en Palacio, cuyos protocolos tampoco son las miniaturas bizantinas, modelos, en su día, para los diseños cortesanos de los chambelanes. Sánchez ganó una moción de censura, y quiere probar qué se siente en la carlinga de un caza o en el palé de la Jefatura del Estado, imagen que le hubiera salido “redonda” de no mediar el quite de un funcionario.
Unos republicanos ganaron unas municipales en Madrid y un ateneísta se cogió del brazo de Miguelito Maura, fueron a Gobernación y les dieron una República.