lunes, 3 de septiembre de 2018

La cañita y el bastón



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Hace un siglo que viene diciéndolo Ramón Montoya (para Wikipedia, uno de los dos pilares, con Sabicas, de la guitarra flamenca):

    –En el cante ha ocurrido lo que en el toreo. El toreo sufre la decadencia de la suerte de matar, y el cante, la decadencia del compás, medida de su calidad. Por eso los buenos “cantaores” llevaban una cañita, y los que no, como Chacón, un bastón.

    En el Madrid de Lopetegui el bastón de Chacón lo ha cogido Benzemá, que ahora, además de mover el nogal, recoge las nueces que antes eran (todas) para Cristiano, y la cañita, poco a poco, es cosa del utrerano Ceballos, tocado con la gracia del primer toque, que fue la gran enseñanza de Cruyff en España: parar, templar y mandar en un único toque.
    
En la Feria de Chamaco, Curro Puya ha puesto una caseta –dijeron los revisteros cuando Puya fue incluido en un cartel de la Feria de Barcelona que acaparaba Chamaco.
    
Bueno, pues en la feria de Benzemá, ahora que, además de torear, mata, Ceballos ha puesto una caseta y con cañita para llevar el compás, que no es el de Kroos. El compás de Kroos es método. El de Ceballos, duende. (Se mueve como Toninho Cerezo). Y aquí empiezan los gustos.
    
Para la Uefa (para mi generación, decir Uefa es decir García) el mejor futbolista del año ha sido Modric, el mediocampista-hámster que hila trotes en su rueda, y la hermana de Cristiano ha tirado de números nada “clausus”: en Europa, Cristiano fue quince goles y tres asistencias en doce partidos; y Modric, un gol y una asistencia en once partidos. ¿No decía siempre García que a la Uefa sólo le importaban los números?
    
También Ceballos tiene una hermana que salió a defenderlo cuando Zidane le hizo en Leganés el feo de hacerle jugar veintiocho segundos. “Eres ejemplo de sacrificio y superación, todo está en ti campeón. Siempre voy a animarte en tu fútbol. Para decirte que tienes magia, que eres diferente a los demás”, escribió a Ceballos su hermana en una red social.

    La Uefa, que está más en el lirismo de la hermana de Ceballos que en la estadística de la hermana de Cristiano, también eligió mejor portero de Europa a Kéylor Navas, el Juanito Alonso del Florentinato con sus tres Copas de Europa (Alonso ganó cinco), contra quien Bernabéu, por una indisciplina en una cena, fichó a Domínguez.
    
Para ocupar el sitio de Kéylor ha venido un portero de librea, Courtois, seguramente el portero más serio del mundo (físicamente, es un De Gaulle que, como De Gaulle, vuelve de Londres), aunque la primera impresión que produce en el campo es la de un muñeco hinchable que estira los brazos y ya no hay portería. El pipero, que es sentimental, se ha puesto de repente del lado de Kéylor, quien, desde luego, no es un Karyus, pero entre él y Courtois, que ya retiró del Chelsea al checo Čech, el titular siempre será Courtois, en lo cual tampoco hay desmerecimiento profesional para Kéylor. No ha lugar al pleito.
    
Y al madridismo todavía le quedan por abrir las dos piñatas de la temporada, Mariano, al que echaron de Barcelona por bajito, y Vinicius, que debe de ser bueno, si se tiene en cuenta que ayer, con el Castilla, un rival atlético le quiso… morder. El “¡Hay que morder!” de los entrenadores… “ad pedem litterae”, que dijo David Vidal una vez que pidió a los revistosos que “traduciesen” sus palabras.

    –¿Cómo?

    –¡Al pie de la letra, coj…!

    –¡Ah, bueno!

    A Lopetegui, que parece ir acertando con su patrón de juego, ya sólo le falta acertar con la preparación de Vinicius de cara al Bernabéu.

    Mariano es otro tipo de fanfarria, la que necesita Benzemá para mantenerse despierto como oficial de enlace en el ataque de este Madrid. Después de todo, si Mariano tuviera una hermana como la de Cristiano, ahora podría poner sus números de la Liga francesa sobre la mesa (dieciocho goles y cinco asistencias), mejores que los de Mbappé (trece goles y siete asistencias). Siendo canterano, Flóper lo presentó como a un “crack”. Al otro Mariano, el compostelano, el “speaker” de la Onu lo presentó en una ocasión como “Primer Ministro de las Islas Salomón”, y el aludido pasó de sacar del error a los asistentes. Es decir, que le gustó.




MOURINHO Y ZIDANE

    Con el parón de selecciones, las cominerías del fútbol se concentran en Manchester, donde los jugadores del United dejan caer que quieren cambiar la disciplina de Mourinho por la egoadministración de Zidane. Puedo prometer y prometo cualquier cosa, si Zidane ganara una Copa de Europa con Pogba de cerebro y Lukaku de delantero centro, más Fellaini de jugador número 12. Mourinho pidió este verano a Bale, pero el jefe del United, Woodward (por cierto, que así se llamaba el almirante de la fuerza expedicionaria a las Malvinas), no le ha traído ni a Callejón, como le ocurrió en Madrid cuando buscaba un Bale o un Ribery. Con Zidane, que pidió el voto para Macron “porque no me gustan los extremos”, el United cree adquirir la “criptonita” de la Champions, el birlibirloque moruno de las mil y una noches, la alfombra voladora de los goles que caen del cielo como si tal cosa.

El bastón de Antonio Chacón