sábado, 29 de septiembre de 2018

Greedy Pig



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El perdedero fiscal del ministro astronauta se llama Copenhague Gestores de Inmuebles SL, nombre entre el antiguo Profesor Franz de Copenhague, que inventó en el TBO un clip para subir la cremallera de los vestidos de las mujeres, y esas modernas empresas ganaderas de los ladrilleros para pastorear en el campo una punta de bravo con cuatro vacas de leche y un semental juampedrero cuyos hijillos despachan luego en los ruedos el Mestre de Chiva y el Curro de San Blas.
–¡Copenhague Gestores de Inmuebles SL! ¿Saldrán de ahí los misteriosos bicornes de “la encerrona” pilarica de López? ¿Tomará antigüedad con un sobrero en la Feria de Otoño?
El ministro astronauta era la estrella mundial de un “Gobierno de Expertos” que nadie votó, dirigido por un Guzmán de Alfarache que para su negocio estableció, “motu proprio”, la Regla de San Benito, especialmente por su capítulo séptimo, de la humildad, cuyo noveno grado es que el monje domine su lengua y, manteniéndose en la taciturnidad, espere a que se le pregunte algo para hablar.
Más callado que el ministro astronauta no se puede estar, pues sólo ha hablado de su chalé cuando se le ha preguntado por ello. Ocurre, sin embargo, que el ministro astronauta no es monje benedictino, sino curita socialdemócrata, de la socialdemocracia que predica la “fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana”, según el catón de Peter Sloterdijk, su filósofo, que denuncia la “psicología barata ‘greedy pig’ del ser humano como animal que coge todo lo que puede”:
–La socialdemocracia, que es mi sistema de parentesco, está hundida porque no ha aprendido a integrar en su lenguaje el campo semántico de la generosidad, ni a conjugar los verbos del dar. La psicología “greedy pig” dominante va descaminada.

La pena de que el “greedy pig” no sea un jodido fascista es que los periodistas globales se quedan sin pepino para el gazpacho demagógico que sirve el nuevo censo podemita de Cáritas, que pinta España como otra Calcuta.