Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El escrache en Madrid al concejal Barbero, que fue fraile antes que guardia, pone “negro sobre blanco”, dicho en el lenguaje técnico del tertuliano común, la cultura del doble rasero, que ya a Jesucristo lo sacaba de quicio.
–¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas!...
La doctrina Barbero sobre el escrache es que, si lo hace él, es libertad de expresión, pero si se lo hacen a él, es “facismo” (como dicen en Burgos), lo cual no quita que Barbero se tenga por un santo apóstol de la Igualdad.
Barbero, que presume de doctorado en psicología, no explica qué pulsión igualitarista hay en que dos personas como Gian Lorenzo Bernini y Rita Maestre, a parecida edad, y ante el mismo estímulo espiritual, expresen un apetito carnal tan distinto, esculpiendo en mármol “El rapto de Proserpina” el napolitano, y la madrileña, quedándose en sujetador ante el Sagrario, cosa entre Buñuel y Libertad Leblanc.
Contra la cultura del doble rasero patalean tipos como Bloom, que ve en la hipocresía la maldición de las universidades (“académicos resentidos que desprecian todo criterio intelectual y estético tachándolo de ‘racista’ y ‘sexista’) y de los medios de comunicación, o Steiner, que se descompone “ante esta hipocresía desvergonzada”:
–Este deseo de tener la mantequilla y el dinero de la mantequilla, de correr con los lobos de lo políticamente correcto para hacerse querer.
En Andalucía, el partido de los eres le retira la medalla a la Pantoja. ¿Por qué? “Lo importante –dice un baranda juntero– es que los mecanismos están hechos”. Con tanta austeridad, aprovecharán la medalla con Sabina, el nuevo Predilecto, si las guardianas feministas de la playa pasan por alto el juicio de faltas al cantante (en el 96, antes de Zp) por golpear con un vaso a una joven que le pedía un autógrafo, y sellan el certificado de buena conducta.
¿Por qué nos extraña que Pablemos exija de los jueces la adhesión al glorioso Movimiento, que ahora es el suyo?