lunes, 8 de febrero de 2016

La Segunda. En Alcorcón, empate a 3

 Anduva

El Arcángel, veinte años en obras

Francisco Javier Gómez Izquierdo

 Un detalle poderoso que retrata la igualdad en 2ª División nos lo dan los siete partidos acabados en empate en la última jornada. Uno de los pocos que ganó y además a domicilio fue el Bilbao Athletic, que lo ha hecho siete veces de veinticuatro oportunidades. Está todo por pasar, pero es evidente que el Alavés, con la calidad de Pacheco y Juli -justificado capricho de Bordolás, un entrenador que va perdiendo elegancia conforme cosecha conocimientos-, la fiera contundencia defensiva  -el central Pelegrín, el Pelegrín de toda la vida que para hacer honor a su nombre lleva recorriendo  España desde hace quince años, hizo ayer un penalti al decadente Natalio que vio todo Mendizorroza, menos el árbitro- y esa dosis de suerte que acompaña a los triunfadores como la que ayer perdonó un penalti y mañana regala un gol en fuera de juego, se aproxima a marchas forzadas a terrenos ventajosos. Al tiempo.
       
El Córdoba, mi equipo, jugaba ayer en  Alcorcón con tristes antecedentes en las anteriores visitas a los pueblos de Madrid. El Alcorcón es el equipo que a mí más me ha gustado en esta temporada, pero se le ha lesionado Campaña y la incidencia es como si al Barça se le lesiona Messi. También anda tocado Djené, un central togolés llamado a jugar en Primera, y como al joven Pastrana su entrenador le ha retirado la confianza y el portero Dimitrovic está cayendo en una vulgaridad peligrosa, intuí que nos llevábamos los tres puntos de Santo Domingo. ¡Vanas ilusiones!

       Pocos aficionados han defendido la necesidad del concurso a pesar de sus rarezas del centrocampista Víctor Pérez como un servidor, pero ser testigo del vergonzoso penalti perpetrado ayer mañana en demostración imperdonable de una falta de concentración que se podría catalogar hasta de indecorosa, hace que mi confianza se resquebraje y desista de perdonarle sus extravíos. No sólo Víctor Pérez fue el culpable de una derrota que nunca se debió producir. El lateral Stankevicius que ha conseguido disimular sus carencias físicas a base de veteranía, sufre muchísimo al final de los partidos y en esos momentos de incapacidad del lateral llegó el gol de David Rodríguez (el killer de Segunda al que me hubiera gustado que el Córdoba tentara con mas insistencia a principios de cada temporada). Apuntemos que el gol amarillo, el del 3-3 definitivo, se marcó en fuera de juego, pero Stankevicius sabe que no llegó a la marca por pura asfixia, como sabe Cisma, el otro lateral, que falla demasiado en calcular las distancias. Cisma disfraza sus limitaciones a base de esparajismos que le salen a tarjeta por partido y creo no ser el único que apostaría por el joven Alberto, un lateral izquierdo capaz de hacerse a base de minutos.
       
Todos estamos en un puño y nadie, excepto un poquito el Alavés, sobresale del tiesto. Bueno... quizás haya que empezar a mirar con otros ojos al Mirandés, cuyos resultados llegan por los extraordinarios métodos docentes de Carlos Terrazas, uno de los entrenadores más serios y formales del fútbol español. Aquí en El Arcángel, nos dio un repaso de campeonato sin contar con ningún Campaña. Sus mimbres son Néstor Salinas, un chaval de los que no quiso el Bilbao Athletic, ó Abdón Prats, bigoleador ayer, y que el Mallorca va cediendo al primero que se lo pida. Terrazas lo ha sacado del injusto ostracismo al que lo habían condenado en la isla porque lo vio hace dos años en 2ªB meter goles para el Burgos en El Plantío.. .y es que Don Carlos ve cosas que muy poca gente del fútbol es capaz de ver.