Piniés
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Un siglo, ya, de la muerte de Europa, cuando el humanismo y la belleza fueron sepultados en las trincheras de Francia.
Con Cataluña de vuelta a la Normalidad (el separatismo ferino) por el 155, España envía a Moragas como Piniés en la Onu, mano a mano con la americana Nikki Haley.
Moragas dice que va a Nueva York para solucionar el Cambio Climático y lo de Corea del Norte, dejando España en buenas manos:
–Mariano tiene un proyecto de país.
La noche de la victoria electoral, Moragas guasapeaba a los cronistas cosas tremendas de Mariano. Al día siguiente Moragas fue nominado para John Kelly de La Moncloa, y guasapeó a los mismos cronistas unos desmentidos de urgencia.
“Proyecto de país” es una ortegada de la “España invertebrada”, el libro que más daño ha hecho en la política española: en pura filosofía política, “proyecto de país” sólo se lo plantean los fascistas y los comunistas, pero no hay hueco en un folio para argumentarlo.
Incluso Albornoz, que lo tenía por guía y maestro, se alza contra la gamberrada de Ortega de atribuir todos nuestros males a la pérdida de su germánica virginidad por los godos antes de su llegada a España.
–Esa delirante crítica de lo hispano ha provocado la reacción contraria: el sarampión nacionalista.
Para Ortega, la culpa del separatismo catalán la tenemos los demás españoles, que no ofrecemos a los catalanes un “proyecto de país sugestivo”.
Si pienso en un “proyecto de país sugestivo” para Moragas, que es barcelonés, me viene a la cabeza Sánchez Guerra.
–Su propio padre opinaba que Rafael Sánchez Guerra no servía para nada –dice Franco en una entrevista–. Y no se equivocaba. Por encargo de su padre lo tuve a mis órdenes. Después trabajó con Don Torcuato Luca de Tena, en ABC. Y don Torcuato me decía: es curioso este don José Sánchez Guerra: muy decente, muy correcto, pero yo tengo que mantenerle al hijo, pues le pago sin que haga nada.
Y fue soldado, periodista, político y presidente del Real Madrid.
Jorge Moragas Sánchez ha trabajado un día en el Ministerio
de Asuntos Exteriores: el 4 de julio de 1995