Jorge Bustos
Puede que sean duros de oído para lo que les conviene, pero no crean que los jubilados no se han enterado de que Rajoy les
va a hacer pagar su afición más íntima, que no es otra que la de ir al
médico y echar las mañanas en farmacias y hospitales. La vida se asemeja
así a una columna de periódico de estructura circular que acaba por
donde empezó, y si en el amanecer de la vida los niños y las niñas
juegan a los médicos, en el crepúsculo se dan al vicio clínico con
verdadera impunidad. Hasta que llegó Mariano el recortador, príncipe de las tijeras, sultán de la poda y lehendakari de la motosierra nacional.
El copago era la comidilla entre dos otoñales señoras en el ascensor
que me subía ayer a la planta de Traumatología para mi revisión de
peroné con el doctor Castillo.
—Que nos van a hacer pagar, he oído esta mañana... —le decía una a
la otra con la cara atravesada por un gesto de compunción
contrarreformista, como de talla de Salzillo.
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