Elias Canetti
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Lo bueno de la crisis es que hace pensar.
La izquierda, una vez que creó los pobres que ahora se apunta a socorrer, piensa como loca, y lo hace en “think tank”, que es como el tiqui-taca de los progres sin recursos.
Abrió el fuego Llamazares, postulándose para Ana Frank del franquismo, que, según el simpático doctor, inventó para los republicanos la “solución final” que luego Hitler aplicó a los judíos.
Siguió la tuneada ex vicepresidenta, jueza del cuarto turno, diciendo a universitarios riojanos de ciencias jurídicas que los recortes de Rajoy son los que trajeron… el III Reich.
Mariano con el III Reich bajo el brazo.
Canetti atribuía la causa psicológica del III Reich al disparate de la inflación, que habituó a las mentes a convivir con cualquier disparate.
Nuestra dama de acrisoladas virtudes convivió ocho años con el disparate de Bambi, un tipo que aprendió economía en dos tardes y que fue corregido en TV por un sms de su esposa que decía “nuestra hipoteca es de tipo variable”, mientras su directora de empleo proponía que los parados aficionados al alpinismo limpiaran fachadas.
Se unió Cayo Lara, que se estrenó en el cargo con una cita falsa de Marx que entusiasmó hasta las lágrimas a la “intelligentsia” y al periódico global en español:
–Las deudas impagadas causarán la bancarrota de la banca, que tendrá que ser nacionalizada, y el Estado tendrá que tomar el camino que finalmente llevará al comunismo.
Este listísimo Cayo es el que dice no pegar ojo con la Monarquía, porque… “si el heredero sale tonto, ¿cargamos con un tonto?”
Y el estrambote, para Mobutu, con una camiseta argentina en la Audiencia.