lunes, 12 de agosto de 2024

Bañarse en el Sena


Rosendo Mercado


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Bañarse o no bañarse en el Sena. Ésa es hoy la cuestión, como lo prueba un sin parar de memes. “Antes de bañarse en el Sena”, y ponen una foto de Rosendo Mercado, el as de Leño. “Después de bañarse en el Sena”, y ponen una foto de Yolanda Díaz, el as del socialismo batueco.


Para el gran Bonafoux del periodismo, alias “La Víbora de Asnières”, el Sena era el Jordán (el río donde fue bautizado Jesús) de nulidades y medianías, “y en cuanto un imbécil se bebe dos vasos de agua en París, le diputan publicista en Madrid, y yo sé de un zapatero español que, como tal zapatero era conocido en Múnich, y que por haber pasado por París de regreso a España, un periódico de Madrid le calificó de distinguido escritor”.


Algo debe de tener el agua del Sena cuando la “bendicen”, pues hasta un descreído como Houellebecq, para burlarse de Comte, cuenta que es el único filósofo que intentó suicidarse.


Se tiró al Sena por un desengaño amoroso. Lo sacaron y pasó seis meses en un sanatorio. Y éste fue el padre del positivismo, que es considerado como la cima del racionalismo.


Recuperar (limpiar) las “milagrosas” aguas del Sena para los Juegos Olímpicos fue, al parecer, un faraónico proyecto socialista que ha terminado como el rosario de la aurora, y de ahí las mofas con los baños en el Sena que algunos turistas confunden con el Ganges. Estamos ante un verano raro, raro, raro, y cuando con los calores vimos aparecer a personajes tan dispares como Vinicius, Valverde o Kroos teñidos de rubio platino (no el caoba acanelado del prócer Feijoo, sino el rubichi Jean Harlow, la rubia que inspiró a Marilyn Monroe), quedamos desconcertados, con esa clase de desconcierto que produce la visión de una persona inexplicablemente rubia y que viene dada en una anécdota de Gregorio Luri con los psicoanalistas Freud, Jung y el húngaro Sándor Ferenczi de paletos en Nueva York.


El cuento dice así: “Al pasar frente a una tienda de Hester Street, Freud se compró un sombrero. Sus compañeros lo imitaron inmediatamente. En el momento en que salían de la tienda, Freud se ajustó el sombrero y volviéndose hacia Jung, exclamó con un suspiro: ‘¡Ah...! ¡La vida es un sombrero nuevo!’ Jung, desconcertado, le preguntó: ‘¿Un sombrero nuevo? ¿Por qué un sombrero nuevo?’ Freud se encogió de hombros con un gesto de impotencia y le contestó: ‘¿Cómo lo voy a saber? ¿Es que además tengo que ser filósofo?’ Estas palabras dejaron a Jung perplejo. A la mañana siguiente se encontró en el comedor con Ferenczi. Aún no había bajado Freud. Así que aprovechó para decirle: ‘¡Ah...! ¡La vida es un puente colgante!’ Ferenczi le respondió inmediatamente: ‘¡Claro que sí! ¡Eso mismo me he dicho yo esta misma mañana mientras le pedía a la rubia que saliera de la bañera’.”


Vinicius, Valverde, Kroos… de rubio platino… O era una apuesta por la Champions de Londres, o simplemente se bañaron en el Sena.


¿Qué pasa, querido? ¿Nunca has visto una rubia antes? –espetó Tallulah Bankhead a un estupefacto Donald Sutherland, en cuyo camerino acababa de colarse completamente desnuda.


El Real Madrid sigue esquivando balas, como Donald Trump: si Mbappé llega a participar en los Juegos de París, no sabemos cómo volvería después del baño ritual en el Sena. Vale que nadie se baña dos veces en el mismo río, pero la nueva leyenda del Sena se acrecienta en las redes, y si a ponerse pelazo peregrinan las gentes a Constantinopla, a teñírselo de rubio fundido peregrinan a París, por cuyo Jordán navegaron las delegaciones olímpicas para bautizarse de wokismo. En alguna de esas barcazas debió de suceder un cuento como el que Ricardo Bada situaba en un vagón de tren cuando todavía había trenes y se podían contar cuentos: “Van en un vagón una gorda, una rubia bellísima, un bético y un sevillista. De repente, el tren se mete en un túnel y se queda el vagón a oscuras; entonces se oye un guantazo enorme: ¡¡¡Plasss!!! El tren pasa el túnel, vuelve a la luz y el sevillista se echa mano a la cara. Los cuatro pasajeros se quedan pensando en lo que ha podido ocurrir. La gorda piensa: ‘Seguro que el sevillista le ha metido mano a la rubia. La rubia se ha mosqueado y le ha dado un guantazo’. La rubia piensa: ‘Seguro que el sevillista ha intentado meterme mano, se ha equivocado y la gorda le ha metido una h...’ El sevillista piensa: ‘Seguro que el bético le ha metido mano a la rubia, la rubia se ha equivocado y me ha dado la h... a mí’. El bético piensa: ‘A ver si llega otro túnel y le meto otra h... al sevillista’.


La Masía no falla nunca. A esta generación no sé qué les dieron sus madres y padres, pero se valen por sí solos –acaba de decir Guardiola, poniendo como ejemplo a Pedri.


Pues ba lo mejor lo que les dieron fue un baño en el Sena. Canteranos antes de bañarse en el Sena que son Lionel Andrés Messi Cuccittini y canteranos después de bañarse en el Sena que son Isaac Cuenca. Antes de bañarse en el Sena (esto es, cuando parecía fichado), Nico Williams era la reencarnación de George Weah; después de bañarse en el Sena (esto es, que se aleja la almeja), Nico Williams sólo es un prometedor muchacho que corre por la banda. En Madrid los piperos ha tenido la revelación del baño en el Sena con el culebrón del central: antes de bañarse en el Sena iba a venir Yoro; después de bañarse en el Sena, el que se queda es Vallejo.


[Sábado, 3 de Agosto]