Ignacio Ruiz Quintano
Abc
“Jus primae noctis”, o “derecho de la primera noche”, es lo que los caciques de provincias llaman “derecho de pernada”, y Bolaños, que va de jurista, “droit du seigneur” o “droit de cuissage”, conceptos que vienen en la Wikipedia y que conviene aprenderse ahora que los partidos acometen la feudalización definitiva del Estado que les faculta para metérsenos en la cama.
Del 2 de Mayo no queda en Madrid ni el recuerdo, al equiparar en mármol la heroicidad de los chisperos que navaja en mano se echaron a la calle contra el francés (hasta no hace mucho, por cierto, los mayores ladrones en la historia de España) y la abnegación de los que echaron una mano a las víctimas en la catástrofe del 11M, cuando los espías le susurraron a Aznarín (grande, aquí, Umbral) la música de la Eta.
La Eta, o lo que viene de ella, pasa hoy a compartir, según leemos, los secretos de los espías (300 asesinatos por resolver), y las viejas del visillo dicen que eso es como meter a las vulpes en el gallinero. Hombre, si esas vulpes fueran como las que uno vio en el Rock-Ola de los 80, no parece que vayan a coscarse de mucho. Y tampoco estarían usurpando nada. Usurpador, según Constant, es aquél que, sin estar respaldado por el asentimiento nacional, se apodera del poder, o aquél que, estando investido de un poder limitado, traspasa los límites que le han sido prescritos. Usurpadores, pues, son todos los partidos en un Estado de Partidos basado en el “jus primae noctis” y cuya industria mediática se limita a redactar frases siguiendo la contraseña del día.
–Hay que superar el pasado y dejar que Bildu entre en la comisión de secretos –dice Pepito Álvarez, el jefe del tercio sindical mimado por Feijóo, que presume de “partido de Estado”, la gran conquista de Gentile y Mussolini.
Ayuso, que tiene oído de tísico, pide, en clave De la Loma, “un partido callejero, pandillero”, como el de las manolas que tan malos ratos dieron a Napoleón (que no era Casado) antes de darse todas al cante en un tablao.
[Martes, 3 de Abril]