Velero y el barco de los japoneses al Fondo
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Si usted se acerca en estas fechas a Barbate verá desde la playa un barco grandote y blanco junto a la almadraba que es muy familiar a los barbateños.
-Es el barco de los japoneses. El que se lleva los atunes.
A los japoneses se les ve alguna tarde por el pueblo y no tienen trazas de marineros. Enchancletados, bajitos y con la cara mirando hacia arriba como de medio lado mueven mucho los brazos y cuando se sientan en el paseo marítimo es curioso cómo los pescadores locales de cara renegrida por el sol y el aire admiten con sana envidia la poderosa posición, incluso mal espatarrados, de sus colegas de oficio.
Los japoneses pescan el atún en sus mares pero al que aprecian hasta la devoción es al rojo que se acerca al Estrecho. Los japoneses dejan hacer a los almadraberos gaditanos. Los almadraberos sueltan de las jaulas a los atunes menos vistosos. A veces también se les escapa alguno hermoso, pero pasando Gibraltar su grasa pierde cotización.
¡La grasa! Ésa es la clave. El Madrid y el Liverpool, más otros tres o cuatro clubes, tienen la grasa que no se pierde nunca porque no creen que lo impotante sea hacer virguerias en la natación. Lo impotante es ir tragando melvas, caballas y lo que haga falta para cultivar la grasa que no puede faltar nunca para que ni te pierdan el respeto ni te dejen de admirar. Nadar bonito como los delfines gusta al espectador poco avisado, pero ser el pez más preciado de los mares, lo da la grasa, ¡fijate tú! ¡La grasa! Si no tienes la grasa no dejas de ser atún, pero ¡amigo! no puedes conquistar el paladar de los japones.
De todos modos, lo de esta noche en el Bernabéu tiene que venir de una o varias yuntas de nigromantes empeñadas en llenar de duendes el recinto. Desde algún lugar desconocido soplan un aire invisible que enloquece a los propietarios y abilorda a los visitantes. Cualquier otra explicación es ininteligible para quien haya visto el partido. Servidor lo ha visto con un personal que a las once y media deliraba junto a la plaza del Ayuntamiento de Barbate. ¡Que minutos finales! En una película, sonarían excesivamente falsos.
Enhorabuena al Madrid y al Liverpool.